Munilla reconoce que los pecados de quienes forman la Iglesia han causado heridas que hay que reparar y sanar

Constata divergencias notables en la Diócesis y se marca como reto la comunión interna, a través del diálogo y el encuentro
El Obispo De San Sebastián José Ignacio Munilla
El Obispo De San Sebastián José Ignacio Munilla
EUROPA PRESS
El Obispo De San Sebastián José Ignacio Munilla

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha reconocido que "los pecados" de quienes forman la Iglesia "han podido causar heridas en el corazón de creyentes y no creyentes", las cuales hay que "corregir, reparar y sanar".

Munilla ha realizado esta reflexión en la carta pastoral 'Dejarnos conducir por Él', introducción al Programa Pastoral Quinquenal (2011-2016) de la Diócesis de San Sabastián, que el prelado presentará este domingo, a las 12.00 horas, en la Catedral del Buen Pastor de San Sebastián.

En este documento, el obispo de San Sebastián también ha reconocido que existen "notables divergencias" entre los católicos de su Diócesis, de manera que se ha planteado como reto "fundamental" la comunión interna, a través del encuentro y el diálogo, porque, según ha asegurado, "es mucho más lo que nos une que lo que nos separa".

En este sentido, ha señalado que los diversos episodios que se han vivido en torno a su nombramiento como prelado de la capital guipuzcoana, "aunque de una manera mediáticamente sobredimensionada", han dejado "patente" la necesidad de la comunión interna. El obispo advierte de que la "falta de comunión es un lastre", que "podría condenar a la esterilidad muchos de nuestros esfuerzos pastorales".

Por ello, ha considerado "importantísimo" que "respondamos a la llamada de Cristo a la unidad". No obstante, ha precisado que es "obvio" que "sin la sanación de la desafección entre nosotros, el don de la unidad resulta inalcanzable".

Encuentros y diálogo

Munilla ha destacado la "importancia" de fomentar "los encuentros y el diálogo, como camino hacia la comunión", ya que, la "experiencia nos demuestra que aunque existan notables divergencias entre los católicos de nuestra Diócesis, es mucho más lo que nos une que lo que nos separa". "Los encuentros personales suelen dar prueba de ello", ha añadido.

Sin embargo, según ha dicho, "existen elementos de distorsión muy notables, que tenemos que saber superar". Ha explicado que hace referencia "a las percepciones deformadas de la vida de la Iglesia que se reciben a través de algunos medios de comunicación, en concreto, desde determinadas páginas de Internet especializadas en información religiosa y desde otros medios escritos, que hacen de la polémica, las filtraciones anónimas, los juicios temerarios, el resentimiento, la desafección, entre otros, un alimento tóxico para la vida eclesial".

Munilla ha afirmado que en la Iglesia tienen sus "cauces de comunicación interna, a través de los cuales podemos y debemos expresarnos, sin prestarnos a que determinados medios, de corte laicista e incluso anticlerical, nos utilicen para ofrecer una imagen morbosa y negativa de la vida eclesial".

Por ello, según ha dicho, "uno de los esfuerzos principales", que se dispone a mantener los próximos años, "es el encuentro personal y comunitario, en un intercambio de impresiones cercano, abierto y sin temor alguno a escucharnos, y a conocernos de cerca". "Estas mismas reflexiones introductorias al Plan Pastoral Diocesano, pueden ser un buen punto de partida para nuestros encuentros", ha destacado.

A su juicio, es "obvio" que "el diálogo y los encuentros frecuentes, permitirán explicarnos y comprendernos mejor en nuestras percepciones, de forma que lleguemos a entender como sencillo lo que parecía complicado". Por ello, ha confiado en que "la conversión personal y comunitaria a Cristo, unida al diálogo y al encuentro entre nosotros, serán el camino hacia la verdadera comunión". SECULARIZACIÓN

Por otra parte, José Ignacio Munilla, ha advertido de que la Iglesia en Occidente vive "un momento grave", ya que nuestra cultura ha sufrido "un proceso de secularización con una incidencia muy fuerte, hasta el punto de cambiar sustancialmente la conciencia religiosa", lo cual ha generado "cuatro heridas", el "materialismo intrascendente, la cultura de la frivolidad, el relativismo y el laicismo anticlerical".

No obstante, ha destacado que "el influjo incisivo de la secularización, no ha podido ni podrá nunca paralizar la acción vivificadora del Espíritu Santo en la construcción del Reino".

Munilla ha reclamado caridad frente al materialismo, "madurez cristiana" ante la frivolidad y "fe humilde en la Verdad" frente al relativismo y se ha mostrado consciente de que "los pecados" de quienes forman la Iglesia "han podido causar heridas en el corazón de creyentes y no creyentes", las cuales hay que "corregir, reparar y sanar".

El obispo ha opinado que el "laicismo anticlerical" viene provocado en algunas ocasiones "por la transmisión acrítica de leyendas negras sobre la Iglesia". CRISIS

Como retos del Plan Pastoral, Munilla ha apuntado a la importancia, ante la crisis económica, de profundizar en la Doctrina Social de la Iglesia, al tiempo que ha invitado a los agentes sociales, instituciones, administraciones públicas y a todas las personas "de buena voluntad", a que "busquen de manera conjunta y solidaria una salida" a esta coyuntura económica, construyan "unas bases éticas firmes para el desarrollo de la sociedad", promuevan el empleo "digno" y se esfuercen "por defender a los más débiles".

En este contexto también se ha referido a la "terrible" hambruna que padece Somalia, y ha destacado que dar respuesta a ésta y otras "urgencias" será "una prueba de la autenticidad de nuestro ser cristiano". "El grito de los pobres forma parte de la llamada que Dios nos dirige, para sanar nuestro egoísmo y nuestro narcisismo y para centrarnos en lo fundamental", ha añadido.

Defensa de vida humana

Munilla también ha hecho alusión, como otro de los retos a abordar, la "cultura de la vida", es decir, la defensa de la vida humana "desde su concepción hasta su muerte natural".

"No podemos acostumbrarnos a la destrucción despiadada de los seres humanos antes de su nacimiento", ha defendido, para advertir de que "el . grito de los inocentes no deja de llegar a Dios, y reclama de nosotros un compromiso inequívoco con la 'cultura de la vida' frente a la 'cultura de la muerte' que se extiende solapada en un falso progresismo".

Finalmente, Munilla ha aludido a la "gran cantidad" de rupturas matrimoniales, y ha recordado que "la madurez del ser humano se sustenta en gran parte en la estabilidad familiar".

"Estamos llamados a dar testimonio de que el amor cristiano no tiene fecha de caducidad, sino que, por el contrario, tiene la capacidad de hacer de nuestra vida una donación generosa de amor, abrazando las cruces y gozando, al mismo tiempo, de las grandes y pequeñas alegrías de nuestra existencia", ha apuntado.

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