El Ayuntamiento bilbaíno incorporará, por ello, 55 nuevos agentes a la plantilla de la guardia urbana. Su principal cometido será la nueva ordenanza antibotellón, que entrará en vigor en octubre.

La Policía Local ha asumido nuevas competencias en los últimos tiempos. «La mayoría de los casos de violencia doméstica, cualquier pelea, todo el tráfico y, además, cumplir las ordenanzas; estamos desbordados», reconoce Josu Gil, portavoz del SVP.

Los nuevos policías –32 agentes de base y 23 oficiales– buscan también rejuvenecer una plantilla demasiado vieja que apenas ha tenido nuevas incorporaciones en los últimos años. «La plantilla tiene una media de 46 años; si se incorporan jóvenes agentes, nos plantaremos en diez años con 300 policías demasiado mayores», señala.

Los responsables municipales no son del todo ajenos al problema. Seguridad Ciudadana ha sido el área que más ha visto incrementado su presupuesto este año. Cuenta con 55,3 millones de euros y entre sus inversiones también destacan nuevos coches, motos o material de defensa.

La precaria situación de la guardia urbana no es exclusiva de Bilbao. La asociación española de policías locales presentará, por ello, un escrito a la Federación de Municipios Españoles (FEM) para instar así a los ayuntamientos a que incrementen sus esfuerzos en relación a la seguridad ciudadana.

Prohibido beber en toda la ciudad

El alcalde bilbaíno, Iñaki Azkuna, no dará su brazo a torcer frente al fenómeno del botellón. Ayer volvió a incidir en que la normativa que prohibirá las concentraciones de jóvenes se aplicará en toda la ciudad. Pese a ello, recordó que, de forma inicial, la Policía Local se enfrentará al botellón por partes. Primero lo hará en el Casco Viejo. «La Plaza Nueva y sus aledaños es lo que más nos preocupa», manifestó Azkuna, quien aseguró que la normativa se aprobará en el pleno de junio.