Decenas de mariscadoras de la Ría de Arousa se han concentrado este jueves frente a la sede de la Consellería do Mar, en Santiago, para denunciar que el departamento "se desentiende" de los problemas de estas trabajadoras con el furtivismo en las playas en donde marisquean.

La presidenta de la Asociación Galega de Mariscadoras (Agamar), Natalia Laíño, ha señalado a Europa Press que la concentración, "a petición de las cerca de 200 mariscadoras de Cabo de Cruz, en Boiro (A Coruña)", está motivada por el rechazo de estas trabajadoras a "hacer las vigilancias nocturnas en el plan de explotación 2011", aunque ha precisado que "sí aceptaban las de época estival, porque es un trabajo más de concienciación que de lucha contra el furtivismo".

De esta manera, ha incidido en que las mariscadoras "no son profesionales de la vigilancia", por lo que exigen a Mar que dote de un servicio de vigilancia con profesionales "titulados para desempeñar estas tareas, ya que ellas no están preparadas para desempeñarlas en condiciones de seguridad". "En los últimos días, hubo un enfrentamiento con dos furtivos en la playa, que se saldó con varias agredidas", ha apostillado.

Laíño ha puesto de manifiesto, además, la existencia de prácticas irregulares en la Cofradía de Cabo de Cruz, "que le pide a las mariscadoras que vayan a vigilar las playas de manera voluntaria, ofertándole 3 kilos de marisco más por encima de su tope diario", una actuación "totalmente prohibida, ya que es Mar quien pone los topes". "Si aceptaran, pasarían de ir a vigilar a los furtivos a ser ellas las furtivas", ha declarado.

Así, Agamar denuncia que "se le está cargando a las agrupaciones y cofradías la decisión de justificar el 95 por ciento de las vigilancias de las mariscadoras, cuando el control de los permex es de la Consellería", en relación a la exigencia que pesar sobre las mariscadoras de acreditar haber realizado tareas de limpieza, vigilancia o siembra el 95% de las jornadas efectivas de las autorizadas en el plan de gestión de la cofradía en el momento de renovar sus permisos de explotación.

"Mar elude la responsabilidad que le corresponde, y se la carga a las agrupaciones, que según como sea la directiva, puede llegar a actuar de manera vengativa con alguna compañera", ha considerado Natalia Laíño.

Presión contra el furtivo

De la misma manera, Laíño ha demandado que la Consellería "ejerza más presión en aquellos establecimientos y mercados en donde pueda vender el furtivo", ya que la venta irregular de este tipo de marisco "pone en riesgo la cadena alimentaria del propio consumidor".

Al tiempo, ha afirmado que éste problema "no afecta solamente a las mariscadoras de Cabo" sino que se trata de una situación "común a toda Galicia", por lo que ha exigido que la vigilancia sobre el furtivo "tenga la misma intensidad en todas las rías".

Afectadas "desamparadas"

Algunas de las afectadas han señalado a Europa Press que se encuentran "totalmente desamparadas" por parte de la Consellería, a la que consideran "obsesionada" con "cargar a las Cofradías las tareas de vigilancia de las playas, así como las tareas de renovación de nuestros permisos de explotación".

"Eso es la peor cacicada que puede haber. Mar deja demasiada carta blanca a las presidencias de las cofradías y de las asociaciones", han manifestado.

"La noche no es para todo el mundo. Las mariscadoras no pueden hacer nada contra bandas de furtivos de hasta 40 personas, nadie les asegura que no les vaya a pasar nada", han subrayado estas trabajadoras, quien han reclamado "más efectivos preparados y a pie de playa" por parte de la Administración pública.