El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha asegurado que no hará "mucha campaña" electoral para las generales del 20 de noviembre al entender que ese protagonismo lo tienen otros dirigentes socialistas mientras que su papel es estar pendiente de la situación económica.

Zapatero se ha referido a esta cuestión durante una conversación informal con periodistas después de un acto organizado en el Congreso para colgar los retratos del último presidente de la República, Manuel Azaña, y del primero de la democracia, Adolfo Suárez.

Al ser preguntado si, al igual que ellos, se sintió en algún momento solo durante la legislatura, tal como ha recordado en su discurso, Zapatero ha afirmado con rotundidad que él no se podía comparar ni remotamente con ellos ni con la situación que vivieron.

El jefe del Gobierno, que afronta este miércoles su última sesión de control en la Cámara Baja, ha dicho que precisamente este ha sido el motivo de no acudir a Nueva York a la Asamblea General de la ONU porque para él era muy importante asistir a este último control a su gestión.

Tras el acto, Zapatero y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, han estado durante más de veinte minutos conversando con tres ministros de Adolfo Suárez: Rafael Arias Salgado, José Manuel Otero Novas y Luis Gamir. La conversación ha girado en torno a la operación de rodilla del rey, otras cuestiones de salud y de lo que cada uno hace para mantenerse en forma.

Antes de marcharse, Zapatero y el presidente de la Cámara, José Bono, han charlado unos minutos con Daniel Quintero, el pintor de los retratos de Azaña y Suárez, ante los cuadros que estaban expuestos en el vestíbulo de Isabel II.

Fuera del corrillo en el que estaban Zapatero y Rajoy se encontraba el presidente del Congreso, José Bono, a quien le ha parecido normal que el jefe del Ejecutivo y el líder de la oposición mantuvieran una conversación distendida.

Bono ha explicado a los periodistas las razones por las que se ha abierto este martes la puerta principal del Congreso, para "evocar al presidente de la República", en alusión a Manuel Azaña. La puerta de los leones del Congreso sólo se abre en la solemne apertura de la legislatura y en las jornadas de puertas abiertas, aunque hoy Bono ha querido hacer esta excepción.

El presidente de la Cámara Baja ha bromeado sobre su futuro, y tras mostrarse sorprendido por las informaciones que apuntan a que podría ser defensor del pueblo, ha admitido que otro posible puesto, el de embajador ante la Santa Sede, no le desagrada: "como ya he dicho otras veces, de mayor no me importaría", ha apuntado.