El regidor de Santiago de Compostela, Gerardo Conde Roa, ha advertido este lunes de que son los "mandos políticos" de la Policía Nacional —y no los agentes— los que tienen la culpa de la "falta de coordinación" con sus compañeros de la Policía Local en la lucha contra el 'botellón', y se ha mostrado convencido de que algunos "están encantados" de que un alcalde del PP "se pegue una torta" con este asunto.

"Hay determinados mandos que están encantados de que un alcalde del PP se pegue una torta con el botellón y no prestan colaboración pese a que se les pide y por escrito", ha denunciado durante su intervención en el marco del 'Fórum Europa. Tribuna Galicia', donde ha calificado esta actitud de "error grave".

Dicho esto, el alcalde se ha reafirmado en que no cesará en su lucha contra el 'botellón', una forma de —ha ironizado— "ocio juvenil" que "está mal" y que no tiene "nada bueno", puesto que no sólo es perjudicial para la salud, sino que provoca accidentes de tráfico, "molestias" a los vecinos y daños en el mobiliario urbano.

Frente a ello, Conde Roa ha abogado por acabar con el "buenismo" y por decir las "cosas claras" a los jóvenes. "Yo creo en los valores del trabajo, del esfuerzo y del sacrificio; hay que decirles que la universidad no sólo está para el botellón, sino para formarse", ha esgrimido.

A renglón seguido, ha argumentado que la Universidad cuesta "mucho dinero" y ha defendido que la época de carreras "de 10 o 15 años" debe acabarse. "No podemos estar subvencionando permanentemente al vago, todos deben tener las mismas oportunidades, pero después igualdad de exigencias", ha aseverado.

Críticas al movimiento 15-M

Por último, ha recordado que empezó su mandato entre los "abucheos" de los llamados "indignados" que desde el 15 de mayo "ocupaban" la Plaza del Obradoiro porque así lo "toleró" un Gobierno "débil y complaciente" —en referencia al dirigido por el socialista Xosé Sánchez Bugallo— haciendo "caso omiso" de la "violación flagrante de un sin número de normas jurídicas" que todos los ciudadanos están "obligados a cumplir".

Y es que, a su entender, existen "motivos" para la "indignación" pero estos no pueden llevar a un grupo de ciudadanos "a actuar en contra de la democracia representativa". "Por mucho que el sistema no les satisfaga plenamente", ha apostillado.

No en vano, ha advertido de que "no sólo hay indignados entre algunos grupos sociales más o menos marginales", sino que también existen políticos —entre los que se incluye— que se hallan "indignados", por ejemplo, con la gestión de sus antecesores. "Y no por eso acampamos en el Obradoiro", ha zanjado.