3.200 chicos que dejaron la ESO se arrepienten y vuelven a clase

Son los valencianos que se matricularon en 2005 en el programa de garantía social. Aprenden albañilería, cocina o manicura.
«No han acabado la educación secundaria obligatoria (ESO), su situación familiar no es muy holgada y se ven sin expectativas de futuro».  Es el perfil mayoritario de los adolescentes que recurren a los programas de garantía social (PGS), según la directora de un centro de Valencia, Margarita Hueso.En la Comunitat, unos 3.187 jóvenes (el curso pasado fueron 3.800), que suelen tener entre 16 y 19 años, han recurrido a estos cursos como una manera de acceder al mercado laboral, ya que ni tienen titulación ni conocen un oficio.

Peluquería o automoción

Así, pueden aprender marroquinería (cómo trabajar el cuero), automoción, cursos de escayolista, ayudante de cocina, manicura y pedicura, geriatría o alfarería, entre otros.

En total, Educación ha aprobado para este curso unos 255 programas, que se imparten en institutos, centros de educación especial y en entidades colaboradoras, como ayuntamientos y diputaciones.

Hueso explica: «A ellos les alegra saber que pueden hacer algo, porque en el instituto estaban en la última fila, no se enteraban. Los ayudamos a levantar su autoestima».

Continúan estudiando

Cuando terminan el programa (cada uno tiene una duración de 900 horas) se les da un certificado, «pero no una titulación académica», explican fuentes educativas. Aunque, para entonces, a muchos ya les ha picado el gusanillo de aprender más del oficio que han estudiado en los PGS y deciden continuar con un módulo de formación profesional (FP).

De hecho, en el centro que dirige Hueso, un 50% de los alumnos van a presentarse a las próximas pruebas de acceso a la FP.

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