La Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente ha capturado más de 1.000 ejemplares de tortuga de Florida en la Marjaleria de Castellón durante los primeros seis meses de trabajo del proyecto 'Life Trachemys', cuyo objetivo es corregir el impacto ambientale negativo de los galápagos exóticos sobre el medio y sobre las especies autóctonas galápago europeo (Emys orbicularis) y Galápago leproso (Mauremys leproso).

Según ha asegurado en un comunicado el director general de Medio Natural, Alfredo González, estos datos dan una idea "de la cantidad de tortugas invasoras presentes en el medio natural valenciano y, sobre todo, de las localidades donde la tortuga de Florida cría en libertad".

No obstante, ha advertido de que "todos estos esfuerzos serán en vano sin la colaboración de la sociedad en su conjunto, que debe concienciarse de la necesidad de no liberar, bajo ningún concepto, planta o animal exótico alguno en el medio natural".

González ha explicado que, debido a la extensa comercialización en décadas pasadas, un gran número de hogares valencianos cuentan con una tortuga de Florida como mascota. En la actualidad, está prohibida su venta desde el año 2006 por Decreto del Consell, con el objetivo de evitar sueltas indiscriminadas.

Además de la campaña de captura, el proyecto 'Life Trachemys', también ha comenzado su campaña divulgativa, que incluye, entre otras actuaciones, la realización de 6 talleres formativos dirigidos a técnicos de ayuntamientos, agentes medioambientales, asociaciones conservacionistas y otras entidades en contacto con el medio natural, para establecer líneas de colaboración y de contacto e implantar una red de alerta de posibles nuevas poblaciones.

El programa está cofinanciado con fondos comunitarios, coordinado por la Generalitat y cuenta con la participación de tres instituciones portuguesas. Su ejecución se centra sobre 17 humedales de ambos países, 13 valencianos y 4 del Algarve, cuenta con una duración de tres años y tiene un presupuesto de 1,2 millones de euros.

El director general ha resaltado que la introducción de especies exóticas "es uno de los principales problemas a los que se enfrenta la conservación de la biodiversidad a escala global" y ha recordado que la tortuga de Florida se encuentra en el grupo de las 20 especies de animales exóticos invasores más dañinos del mundo.