En declaraciones a Europa Press, la coordinadora provincial ha señalado que, en este caso, la expareja del supuesto agresor no había emitido ningún tipo de denuncia en el marco de la violencia de género, por lo que no se pudieron activar mecanismos de protección a su favor. Así, ha explicado que el ataque se ha considerado como una agresión por violencia de género en el caso de la exmujer, mientras que la excuñada ha sido víctima de violencia doméstica.
Cayuela, conocedora de que la mujer recibía cartas de su expareja en las que le pedía que volvieran juntos, ha insistido en la necesidad de denunciar posibles peligros para la integridad de las mujeres, ya sea por ellas mismas o por el entorno en el que se encuentran. "Si fuese una víctima anterior de violencia de género, se hubieran puesto medidas de protección al salir él de la cárcel", indica la coordinadora.
En esta línea, ha manifestado que el procedimiento ante cualquier denuncia ante la Guardia Civil u otra Fuerza de Seguridad le hubiera permitido contar con medidas integrales de protección así como con una orden de alejamiento y una orden de protección, unos elementos que se unen a las prestaciones de servicios jurídicos y sociales del IAM.
José M.R., de 64 años de edad, irrumpió en la madrugada del lunes en el domicilio donde residían las hermanas situado en el número 174 del Paraje de Tarambana, cuando llevaba 15 días en libertad, ya que había permanecido 12 años en prisión por contratar a un sicario para acabar con la vida del hermano de ellas.
Según el relato del 061, el hombre habría entrado por la fuerza en el domicilio en el que se encontraban las mujeres y habría consumado la agresión con un hacha y una barra de hierro, lo que obligó a la hospitalización de las víctimas y la del propio hombre.
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