¿Por qué salió de su país?

En Ecuador pasó lo mismo que en Argentina, cerró la banca; yo allí tenía un taller de servicio técnico, pero no había futuro y me vine.

¿Desde entonces ha estado separado de su familia?

Casi cada año he viajado allá. Conseguí un contrato laboral para mi esposa y pudo venirse aquí conmigo en abril del año pasado, pero luego tuvo que volverse porque nuestra hija la mayor se quedó embarazada.

¿Cuándo pidió la reagrupación de su hija?

Pedí la que pude, la de la hija menor de edad, pero dicen que no tengo ingresos.

¿Cree que tienen razón?

Tengo una nómina de 949 euros, trabajo en una tienda de informática, pero envío todos los meses un mínimo de 300 euros a mi

país y, a veces, incluso 500. Tengo suficientes medios.

¿Cómo consigue ahorrar?

Hago trabajos extras que no puedo justificar. Las personas que conceden las reagrupaciones deberían pensar más con el corazón. En la subdelegación dejan el lado humano fuera.

¿Qué piensa hacer?

No sé, ir a un programa de televisión de esos que reúnen a familias... incluso pienso en regresarme a Ecuador. Me he dado de plazo hasta fin de año para tomar la decisión definitiva. Es difícil vivir aquí y se pasa muy mal sin la familia, y ellas allí también sufren sin mí.

¿Pensaba que sería mejor?

Sí, acá uno no es valorado como profesional y dicen que no, pero hay discriminación. Uno lo nota.

Bio

Tiene 48 años y es técnico electrónico. Llegó hace seis años, tiene trabajo fijo en Bilbao, y a su mujer y a sus hijas, de 18 y 12 años, en Quito.