Su vena artística la heredó de su abuelo, con el que, de niño, compartió muchas horas mientras lo veía pintar o tratar la piel. A los 15 años realizó sus primeros dibujos para iglesias y parroquias de la zona en la que vivía. Sus materiales entonces, con los que aún hoy sigue trabajando, fueron la madera y el cemento.
Tras casarse con una chica de Portugalete en Ghana, donde está muy reconocido, aterrizó en la localidad jarrillera, donde acaba de comprar un taller. «Necesitaba un espacio amplio para poder hacer obras más grandes». El Ayuntamiento está contento de tener en el pueblo a un artista de su prestigio y ya le ha encargado una escultura.
Además de los dinosaurios, en Vizcaya no le falta trabajo. «Tengo una pieza en el parque de Doña Casilda en Bilbao, y el Obispado me ha encargado varias obras en algunas de sus parroquias». En su país tampoco se olvidan de él, ya que su vicepresidente le ha pedido recientemente que realice la escultura de un soldado ghanés de la Segunda Guerra Mundial.
Bronce, resina o piedra no tienen secretos para Bukari, al que le gustaría traer materiales propios de su tierra «para mezclar los estilos ghanés y vasco», porque quiere «estar siempre innovando».
Aunque habla ya 12 idiomas, la mayoría dialectos propios de su país, no quiere dejar escapar la ocasión. «El próximo que voy a aprender es el euskera, porque me encanta la cultura de este país que me ha acogido tan bien», asegura y, aunque reconoce que puede resultar complicado, «si pones interés, lo puedes conseguir».
¿Quieres salir en esta sección?
Cuéntanos tu historia
Escríbenos a nosevendebilbao@20minutos.es
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios