Una misa ante la muralla de Ávila y con cerca de 10.000 participantes despide a los peregrinos de la provincia

La misa de envío de peregrinos de la diócesis de Ávila, celebrada hoy ante el lienzo norte de la Muralla de la capital abulense, contó con cerca de 10.000 asistentes --según la organización-- en una ceremonia presidida por el obispo, Jesús García Burillo, y concelebrada por otros 13 obispos, más de 200 sacerdotes y nueve diáconos procedentes de numerosos países.

La misa de envío de peregrinos de la diócesis de Ávila, celebrada hoy ante el lienzo norte de la Muralla de la capital abulense, contó con cerca de 10.000 asistentes —según la organización— en una ceremonia presidida por el obispo, Jesús García Burillo, y concelebrada por otros 13 obispos, más de 200 sacerdotes y nueve diáconos procedentes de numerosos países.

Entre los asistentes se encontraban los abulenses llegados de distintos puntos de la provincia y de las parroquias y cofradías de la ciudad, que se han unido a los peregrinos residentes en la ciudad durante las últimas jornadas —en torno a 5.000—, que iban ataviados con las banderas de sus países, entre las predominaban las de Francia.

Los saludos del obispo y del alcalde, Miguel Ángel García Nieto, en español, francés, inglés e italiano, sirvieron para iniciar la celebración multilingüe a las 9.30 horas, una misa en la que ambos han destacado "la amplia historia y gran vida eclesial de la ciudad de Santa Teresa".

García Burillo recordó que "precisamente fue en Ávila, con motivo del 400 aniversario de la muerte de Santa Teresa de Jesús, donde Juan Pablo II celebró por primera vez una Eucaristía en España" —en 1982 y ante un millón de personas—, así como también hizo mención a las palabras que el Sumo Pontifice pronunció deseando que el sucesor de San Pedro volviese de nuevo a Ávila en 2015, para celebrar con todos sus ciudadanos el 500 aniversario del nacimiento de la Santa abulense, para lo que ya se le ha invitado.

Por su parte, la misa fue ambientada por un coro, con dos solistas femeninas y otros dos masculinos, que interpretaron el himno de las Jornadas Mundiales de la Juventud, 'Firmes en la Fe', una música que sirvió para abrir la celebración y acompañar a la procesión de entrada de los sacerdotes desde la iglesia de San Segundo, patrón de la ciudad, hasta el altar.

El cierre musical fue 'Jesus Christ', himno oficial de las últimas Jornadas de la Juventud, realizadas en Sidney en 2008.

La Comunión, en la que también pudieron participar las personas celiacas, fue entregada por un centenar de sacerdotes, acompañados por voluntarios con un paraguas amarillo y blanco, colores de la bandera del Estado Vaticano, para permitir a los asistentes conocer los distintos puntos en los que podían recibir el sacramento.

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