El 47 por ciento de los jóvenes de Baleares no ha podido emancipar todavía debido a que este colectivo en las islas se ve obligado a dedicar más del 65% de su salario a la vivienda, una cifra que es más del doble que el límite que marcan diferentes estudios como "soportable para una economía joven".

Así lo ha indicado la presidenta del Consell de la Joventut de Baleares, Marta Carrió, con motivo del Día Mundial de la Juventud, quien ha destacado que en Baleares, las mujeres deben dedicar a la vivienda el 70 por ciento de su sueldo, mientras que los hombres destinan el 57.

Esta situación, ha explicado, se deriva de la diferencia de salario que perciben por el mismo trabajo ambos sexos, ya que mientras las féminas tienen unos ingresos anuales netos de 13.000 euros, los hombres reciben 16.000.

Por otra parte, el paro juvenil en la comunidad es del 30% de la población activa, siendo superior en hombres (36%), que en mujeres (27%). No obstante, un 20% de las jóvenes no busca trabajo por motivos familiares o para cuidar otras personas, cuando estos motivos representan un 0% en la población masculina.

Junto con el sexo, el nivel de estudios es una variable que condiciona las tasas de desempleo de manera que, a mayor nivel de estudios, menor tasa de paro. Éste es del 55% entre las personas que no cuentan con estudios y del 37% entre los que tienen estudios primarios o secundarios; del 18% los que han estudiado FP, y un 16% para los que cuentan con estudios universitarios.

Por ello, son destacables las cifras de abandono escolar según las cuales en el 2008 fue del 48% puesto que se dibuja un escenario con una tendencia de las tasas de paro a la alza.

Por otra parte, sólo un 7,8% de jóvenes son emprendedores, pese a que el CJIB ha destacado que el autoempleo es una de las principales vías de creación de riqueza y puestos de trabajo.

Ante esta situación, el CJIB ha apostado por desarrollar un plan de juventud que enmarque transversalmente las políticas de vivienda, educativas, de ocupación, de salud e igualdad y las de ciudadanía.

Este plan, consideran, debe ser capaz de trazar las políticas de juventud a 20 años vista puesto que entienden que esta es la única manera que tengan capacidad de transformación.

Las políticas de juventud deben dirigirse a la emancipación de la juventud, la promoción del pensamiento, la autonomía y el espíritu crítico de la juventud. Por ello, señalan que la dirección general de juventud debe tener capacidad suficiente para articular la tarea del Govern en esta dirección.