Calvo busca alternativas de negocio para sus trabajadores tras la veda internacional de pesca de atún

El grupo Calvo ha secundado la veda internacional de pesca de atún impuesta por la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) para la zona del Pacífico Oriental y busca alternativas de negocio para sus trabajadores en esos tres meses.

El grupo Calvo ha secundado la veda internacional de pesca de atún impuesta por la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) para la zona del Pacífico Oriental y busca alternativas de negocio para sus trabajadores en esos tres meses.

Así, la compañía ha decidido aprovechar el primer periodo para dar mantenimiento a las embarcaciones Monte Lucía, Monte Lape y Monte Alegre.

De hecho, más de 200 personas se encargarán de reparar y supervisar las embarcaciones y las redes, y trabajarán a bordo para que dichos barcos estén a punto una vez finalizada la veda. Además, con el fin de acaparar inventario para no parar la producción, la planta de procesamiento seguirá operando.

Según la resolución sobre un programa multianual para la conservación de atunes en el Océano Pacífico Oriental en 2011-2013, todos los buques pesqueros que operen en la zona deberán paralizar sus operaciones de pesca durante 62 días al año durante los próximos tres años.

En concreto, los buques tienen dos periodos de veda a escoger para respetar la resolución: del 29 de julio al 28 de septiembre, o del 18 de noviembre al 18 de enero. Independientemente del periodo que se escoja, la veda prohíbe la pesca de atún de aleta amarilla, patudo y barrilete a los barcos atuneros de cerco de los países que forman parte de la CIAT y a aquellos que no son miembros, pero sí cooperantes.

Calvo emplea a cerca de 3.100 personas en sus 10 buques y cuatro fábricas (Carballo y Esteiro en Galicia, El Salvador y Brasil). Además de la familia Calvo (que posee un 77,8% de las acciones), el grupo cuenta entre sus accionistas con Novacaixagalicia, Caja Castilla-La Mancha y Caja Burgos.

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