Cantabria conserva el único enterramiento magdaleniense en la península ibérica

Manuel González anuncia que están "a punto de tener la fecha de datación directa del esqueleto"
MANUEL GONZALEZ
MANUEL GONZALEZ
UC/EP
MANUEL GONZALEZ

El Instituto Internacional de Investigaciones de Cantabria encontró en 2010 un enterramiento que, según el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria Manuel González, plantea posibilidades futuras de conocimiento. Este hallazgo constituye, según el experto el único enterramiento de un magdaleniense encontrado en la península ibérica.

"Sería la primera vez que tenemos una idea del mundo espiritual de esa gente", expone el catedrático para demostrar la magnitud del descubrimiento. Aunque advierte de que todavía no se tienen pruebas definitivas, anuncia que se encuentran "a punto de tener la fecha de datación directa del esqueleto".

En el caso de que se confirmase, se encontrarían en situación de poder caracterizar genéticamente a los individuos pertenecientes al periodo magdaleniense a partir de los huesos encontrados. "Estos restos nos permiten saber su alimentación, si habría emigrado hace poco, su sexo, y más cosas acerca de la vida de esa persona", comenta González Morales.

El cuerpo encontrado, que según los estudios fue devorado por animales y después pintado y enterrado, permitiría conocer el tipo de rituales de los magdalenienses, pertenecientes a una época de la que apenas se tienen datos. "En Cantabria es un periodo muy relevante y nunca habíamos encontrado un esqueleto casi completo, solo un diente o un hueso pequeño", afirma.

El especialista ha repasado los años que llevan investigando en la cueva Del Mirón -desde 1996- gracias a un proyecto internacional desarrollado entre la Universidad de Cantabria y la Universidad de Nuevo México. El ponente ha explicado en la conferencia "Un enterramiento del magdaleniense: La cueva Del mirón", enmarcada en los Cursos de Verano de la UC, los distintos hallazgos que se han producido y que desembocan en el que tuvo lugar el año pasado, cuando se encontró el enterramiento de un magdaleniense.

En 2004 hallaron un omóplato grabado con una cabeza de cierva, que ya había aparecido con anterioridad en la cueva del Castillo y en Altamira. Después, según detalla González, se descubrió el mismo grabado en cuevas de Asturias, y "esto marca un momento importante para el cantábrico, porque encontramos los mismo elementos decorativos en distintas zonas".

El hecho de localizar el mismo dibujo supone, para el experto, un buen indicador. "Eso nos marca territorios sociales", apunta. El conferenciante aclara que gracias estas averiguaciones se sabe que desde la cuenca del Sella a la cuenca del Asón se dan esos mismos elementos. "Un hueso nos permite ir más allá y ver cómo son las sociedades", explicó.

En el año 2007 encontraron excavando en la cueva del Mirón la cabeza de un propulsor, instrumento clásico para lanzar con jabalina. "Es el más antiguo y nos cuenta una historia distinta", afirma. Otros propulsores idénticos aparecen, según el investigador, en la costa atlántica, lo que significa que existía algún tipo de relación de conocimiento e intercambio entre la gente de estos distintos lugares. "Eso nos permite ir tejiendo esas relaciones", concluye.

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