Me parecen un invento fantástico, da voz a gente que a lo mejor tendría dificultades para expresarse por otro medio. También porque, para mí, como escritora, es una fuente inagotable de inspiración.

Un día estuvo en una tienda, le dije que yo también me apellido Posadas y no me hizo ni caso. ¿Siempre es tan arisca? (Pedro).

Soy muy tímida. Si me cogiste en un momento descolocada, no me extraña que me haya quedado muda. Los tímidos siempre parecemos soberbios.

Algunos de los concursos literarios españoles, como el Planeta, están amañados, por ejemplo. Usted lo ganó hace años. ¿Se falsean? (Cristina).

Hace cinco años que soy jurado del premio Planeta y nunca nadie me ha dicho lo que tengo que votar, siempre lo he hecho en conciencia.

En sus comienzos publicó bajo seudónimo una novela rosa. Nunca reveló el título ni el seudónimo, ¿se arrepiente? (Maite).

Es cierto, y nunca lo confieso. No es porque me avergüence, sino porque me divierte mantener el misterio.

¿Qué prefiere, el sexo o la literatura? ¿A qué hora se pone a escribir?

A la primera... ¿Ah? ¿Pero es que hay que elegir? Yo no pretendo renunciar a ninguna de las dos cosas. A la segunda, soy completamente diurna, escribo por la mañana hasta las dos de la tarde, y a partir de las doce de la noche me convierto en calabaza.

¿Es verdad que pasó por un taller literario y que en Cinco moscas azules salda cuentas con aquellos que tuvieron algo que ver con la caída de su marido, Mariano Rubio? (Angelina).

Cuando tenía 20 años, fui a un taller literario, y sí, Cinco moscas azules tiene algo de ajuste de cuentas. La literatura es muy redentora. Matas a gente y no te castigan por ello.

Bio

Nació en Uruguay en 1953. Es autora de más de 20 libros de cuentos infantiles. Ganó el premio Planeta en 1998.