El anterior gerente de Alimentos Lácteos S.A., Roberto Casas, ha advertido de que el futuro del proyecto "es inviable" sin la suma de nuevas firmas que "aporten capital y materia prima". Esta circunstancia, asegura, motivó el desencuentro que supuso su salida de la empresa, por abandonó la empresa por desavenencias con los accionistas mayoritarios, las cooperativas La Arzuana (Arzúa) y Gancobre (A Pastoriza).

"Los accionistas mayoritarios no querían que entrasen nuevas cooperativas", ha explicado, mientras que el era "partidario de esta entrada" al considerar que ayudaría a la viabilidad de la iniciativa.

"Con la producción actual, de alrededor de un 30 por ciento de la capacidad de la planta, es imposible cubrir los costes fijos", señaló Casas.

En este sentido, había entablado "conversaciones con otras cooperativas" que "estaban dispuestas a entrar" en el proyecto, "siempre y cuando hubiese más democracia interna".

Otro de los puntos de discusión se refería a leche que la firma no era capaz de vender bajo sus marcas y que el proponía sacar "a los lineales bajo el paraguas de marcas blancas", frente a otros que proponían vender "las cisternas de leche cruda a otras empresas envasadoras". "Eran formas muy distintas de ver el mercado", apostilló Casas.

En alusión a los retrasos en los pagos de la leche a los productores, Casas matizó que "Alimentos Lácteos tenía problemas para conseguir liquidez" porque las cooperativas "no querían poner más dinero si no había más democracia interna", algo que sucedía también con el crédito bancario. "Teníamos dificultades para llegar a el motivadas por la misma circunstancia", finalizó.