Tenía un tumor pero en el Hospital de Alcorcón creyeron que estaba loco: murió poco después

La Comunidad de Madrid tendrá que indemnizar con 102.483 euros a la familia de un escayolista prejubilado de Alcorcón de 63 años, que falleció a causa de un tumor de riñón el 23 de septiembre en la Fundación Hospital Alcorcón (Madrid), después de que los médicos fueran incapaces en repetidas ocasiones de detectar su dolencia, según informa hoy El País.

Como afirma el diario, el paciente acudió tres veces al servicio de urgencias del centro, la primera dos semanas antes de su fallecimiento, porque tenía problemas de micción y se sentía notablemente debilitado.

Primera visita

En su primera visita, en la que el paciente manifestó que se veía imposibilitado para orinar, los médicos le realizaron un análisis de sangre y una radiografía, pero no observaron ningún dato relevante.

Después, y ante la debilidad manifiesta del paciente, que se vio incapacitado para abandonar el hospital por sus propios medios, lo enviaron a Medicina Interna, "para descartar ‘un origen neurológico' de sus síntomas".

Allí le hicieron más pruebas y luego lo enviaron a psiquiatría, donde le recetaron varios psicofármacos, después de concluir que era la mente del paciente la que se inventaba sus dolores.

Segunda visita

Varios días después, el paciente tuvo que volver en ambulancia al hospital, por prescripción médica, "donde le realizaron una nueva radiografía, un TAC y unos análisis, pero no una ecografía", y donde terminaron ingresándolo dos días en psiquiatría.

Pasado ese tiempo, el paciente abandonó el hospital de forma voluntaria, pues consideró que no se le estaba atendiendo debidamente.

Tercera y última

Su siguiente visita, seis días después, fue la última.

"Dos grandes trombos le habían taponado las arterias que llevan la sangre del corazón a los pulmones. Sufrió en urgencias una parada cardiorespiratoria, de la que los médicos no pudieron reanimarle", relata El País.

La familia solicitó una autopsia, que reveló que la causa de la muerte era un gran tumor benigno en el riñón izquierdo, que incrementaba el peso normal de un riñón (entre 135 y 180 gramos) a más de 800 gramos, y que hubiera sido fácilmente detectable con "una ecografía abdominal, prueba incruenta y de bajo coste y que en estos casos suele ser un elemento diagnóstico de gran importancia", como se señala en el informe del inspector.

Ante la gravedad de los errores, la Comunidad de Madrid ha optado por indemnizar extrajudicialmente a la familia del fallecido, algo que, como señalan fuentes médicas citadas por el diario, no es habitual, y menos cuando sucede con tanta celeridad.

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