"Una reforma del Estatuto tiene que proceder de un importante consenso político. Si no hay una convergencia, pues no es posible". Así se ha pronunciado este miércoles el historiador y presidente del Consello da Cultura Galega (CCG), Ramón Villares al respecto de una reforma del Estatuto de Autonomía vigente. Una afirmación con la que coincidió el catedrático Roberto Blanco Valdés, quien apunta que sería "un mal negocio" contar "con menos grado de consenso" que el texto del 81.

Ambos expertos han abordado la discusión sobre una reforma estatutaria al ser preguntados en el marco de la presentación de una obra que recupera los textos originales de la norma en vigor y del documento del 36 —que no llegó a implantarse—, con motivo de la coincidencia conmemorativa de sus 30 y 75 años de historia, respectivamente.

En esta línea y aunque reconoce que "tendría su valor" una reforma en el ámbito "de las nacionalidades históricas", Villares ha matizado que "el problema" no es el texto del Estatuto en si, sino "los contenidos" y "cómo se revisa la relación de Galicia en el conjunto de España".

"Eso es lo que tienen que decir los tres partidos", ha señalado, tras recordar que un Estatuto "puede ser muy bueno" y la política que se ejecute "muy mala". "Y a la inversa", concluye.

Por su parte, Blanco Valdés ha apuntado que será "un mal negocio" si el Estatuto reformado contase "con menos grado de consenso" que el actual, sobre todo, si "dejara de nuevo fuera" al BNG, "uno de los tres partidos importantes de Galicia".

"Hay que definir que tipo de Estatuto se quiere", afirma, para advertir que la sentencia sobre el intento de reforma en Cataluña "cambia radicalmente el cambio de juego", al declarar, "de manera expresa, inconstitucional partes que afectan a 14 artículos" y "de manera implícita" —por vía de "interpretación"— materias de aproximadamente "100" de los puntos que incluye.

"no es un tema urgente"

Valdés ha considerado, ante la "grave situación económica", que una reforma del Estatuto "no es un tema urgente ni prioritario" y ha coincido con Villares en que "el problema no es un problema de estatuto, sino un problema de políticas", pues "no hay prácticamente nada que Galicia no pueda hacer".

Finalmente, la presidenta del Parlamento de Galicia, Pilar Rojo, se limitó ha señalar que "para mirar al futuro hay que mirar no solo el presente, sino también al pasado", afirmación tras la que colocó "encima de la mesa" los textos del 81 y del 36 en la nueva edición impulsada por la Cámara gallega.