El ejemplar, llamado 'Aitor', ha permanecido como cada invierno en cuarentena en una instalación especial y a 28ºC situada en la clínica veterinaria del parque. Allí, el personal veterinario le ha practicado pruebas y análisis para controlar diariamente la temperatura y humedad del animal.

En invierno, los cocodrilos porosos ralentizan mucho sus funciones vitales y comen rara vez, por eso "es crucial testear periódicamente el estado anímico y de salud, ya que son animales en los que es muy difícil detectar enfermedades al ser muy poco expresivos y activos", han indicado las mismas fuentes.

El cocodrilo ha sido trasladado a su instalación exterior habitual situada en la zona de Asia, junto a los rinocerontes y los tigres. Este lugar es perfecto para el cocodrilo poroso, ya que es una zona bastante soleada y cuenta con 200 metros cuadrados, una charca de 150 metros cuadrados y un metro de profundidad, así como una playa arenosa adecuada para calentarse en las horas más soleadas.

'Aitor' compartirá la instalación con un ejemplar de tortuga hoja, el único tipo de animal capaz de convivir con él y mantenerse a salvo de sus poderosas mandíbulas.

Ejemplar único

El parque no prevé introducir en un futuro más ejemplares de cocodrilo macho en la instalación, ya que esto implicaría alta competitividad y peleas. De momento, tampoco introducirán ninguna hembra de esta especie, por lo que 'Aitor' es y será el único ejemplar de cocodrilo poroso en Terra Natura.

Los cocodrilos porosos alcanzan los siete metros de longitud y los 500 kilogramos de peso. 'Aitor' todavía es un ejemplar pequeño, puesto que sólo mide 2'5 metros y pesa 100 kilogramos. Estos animales son carnívoros que se alimentan de grandes mamíferos, como ciervos o búfalos acuáticos, y alcanzan los 70 años de vida. Es el mayor de todos los cocodrilos existentes y debido a esto y a su ferocidad tiene "fama de come-hombres".

A diferencia de la mayoría de los reptiles cocodrilianos —cocodrilos y caimanes—, el cocodrilo poroso o marino nada libremente por mares y zonas costeras del Océano Índico, además de desplazarse entre islas y ampliar su territorio de caza y reproducción.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha clasificado a este cocodrilo como una especie amenazada en la mayoría de la región, a causa de la destrucción del hábitat costero y la caza ilegal, para obtener su piel. Se estima que la población total mundial es de entre 200 y 300.000 ejemplares, según han indicado las mismas fuentes.