Representantes de empresas comercializadoras de frutas y hortalizas de la provincia de Málaga han expresado este martes su percepción de que el mercado español y europeo "se está recuperando" de los efectos de la crisis del pepino, aunque han dejado claro que los daños y las pérdidas que la alarma sanitaria surgida en Alemania ha causado a los agricultores y comercializadores "son incalculables".

José Carlos Varela, presidente de Bio Algarrobo, empresa de productos hortícolas ecológicos radicada en Algarrobo (Málaga) y que vende todo su género en Alemania, ha considerado que el sector hortofrutícola español ha vuelto a la normalidad "en un 80 por ciento" y confía en que en el plazo aproximado "de un año" para que la situación vuelva a ser similar a la que había antes de la crisis alemana.

"Cuando ocurrió lo de la bacteria E.coli, otros países entraron, y ahora hemos perdido una parte del mercado que hay que recuperar", ha indicado Varela, que ha apelado a las "totales garantías sanitarias" de los productos hortícolas españoles como aval para que los consumidores vuelvan a confiar en las frutas y verduras del país.

En los mismos términos se ha expresado Miguel Portillo, gerente de Agrupa Algarrobo, otra empresa comercializadora de la zona, quien también ha señalado que el mercado "se va recuperando poco a poco". De hecho, ha precisado que el pepino ha recuperado bastante su precio "y esperamos que con el tomate y otras hortalizas ocurra lo mismo y que las cosas se normalicen".

Pese a la mejora de la situación respecto a hace alrededor de un mes, ambos empresarios han dejado claro que la crisis del pepino ha supuesto "la ruina" a muchos agricultores, que han tenido pérdidas "tremendas e incalculables", y graves perjuicios a las empresas comercializadoras, que se han visto reflejadas en drásticos recortes de empleados.

De hecho, Agrupa Algarrobo, que habitualmente emplea a más de 80 personas, tiene en este momento sólo 23 trabajadores, mientras que Bio Algarrobo, cuya plantilla habitual rondaba los 30 empleados, ha pasado a contar únicamente con 14 a raíz de la crisis del pepino.

A la hora de cuantificar las pérdidas, los empresarios han aclarado que no se trata solamente de hacer un balance del género que se tiró o se dejó de vender cuando se decretó la alerta, "sino sobre todo de todo aquel que sí se vendió, pero se hizo a precios muy inferiores a los de otros años".

Así, Portillo ha explicado que ha habido productos cuya cotización en las subastas "ha bajado entre un 70 y un 80 por ciento", por lo que en la cuenta de pérdidas también habría que incluir la diferencia entre el precio al que habitualmente se han vendido esas verduras en anteriores campañas y el coste que han tenido en esta.

"Es decir, no se trata de ver cuánto se ha tirado, sino que, por ejemplo, yo tenía el año pasado una media de precios de 50 céntimos en algunos productos, y este año se venden a 4 o 5 céntimos. Eso es lo que me falta para seguir viviendo y ahí es donde tendrían que actuar las autoridades, directamente al agricultor, cuyas pérdidas han sido incalculables", ha insistido.

También Varela ha relativizado los cálculos de pérdidas efectuados, "porque ese cálculo nunca es el real", aunque ha señalado que el daño "es mucho, sobre todo en una tierra como Andalucía, que vive casi exclusivamente de la agricultura y el turismo". Por ello, ha pedido "un esfuerzo" a las autoridades "para recuperar la agricultura, pues no estamos jugando la comida de nuestros hijos"

Por último, los empresarios se han quejado de la falta de información que se les ha proporcionado a los agricultores sobre los requisitos para acceder al fondo de ayudas abierto por la UE para paliar las pérdidas por la crisis del pepino, una escasez de datos "que va a hacer que muchos agricultores se vayan a quedar sin acceder a las ayudas".