El 'Príncipe rojo' aboga por una monarquía marroquí que observe las europeas, pero que mantenga sus rasgos tradicionales

Apuesta por un diálogo "fluido y continuo" entre Marruecos y España para resolver los "problemas" que afectan a ambos
El Príncipe Mulay Hicham
El Príncipe Mulay Hicham
EUROPA PRESS
El Príncipe Mulay Hicham

El príncipe Mulay Hicham, primo del rey Mohamed VI y tercero en la línea de sucesión del trono alauí, ha abogado este martes por una monarquía marroquí que observe los ejemplos europeos, pero que mantenga sus rasgos tradicionales, ya que se trata "de nuestra propia cultura".

"La monarquía marroquí tendría que funcionar teniendo en cuenta los fundamentos de las europeas, pero también manteniendo los rasgos tradicionales propios", ha manifestado Hicham, apodado el 'Príncipe rojo', quien ha participado en los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga (UMA).

Hicham, que ha impartido la conferencia 'Una lectura de los recientes acontecimientos políticos en pro de la reforma en el mundo árabe', ha especificado, tras ser cuestionado por si el modelo de monarquía española puede servir como ejemplo para Marruecos, que cada una "tiene su trayectoria y condiciones propias y cada país cuenta con sus estructuras políticas y rasgos característicos".

Ha matizado, al respecto, que la monarquía española pasó a parlamentaria "gracias al Pacto de la Moncloa, pero no hay que olvidar que sus normas fueron marginadas dos veces, sobre todo durante la II República", siendo, entonces, "cuando ésta sacó las conclusiones oportunas". También ha indicado que "nos podemos fijar en la monarquía inglesa".

En Marruecos, ha apuntado, no se desarrolla una monarquía constitucional, por lo que "nadie espera" que las reformas que suponen el texto constitucional marroquí, el cual fue sometido a referéndum el pasado 1 de junio, "se adapten a los parámetros de una monarquía constitucional". "¡

Dios mío!"

"¡Dios mío!" ha sido su contestación una vez cuestionado por el proceso de votación popular celebrado en Marruecos y sobre el que ha indicado que "pensaba que estábamos pasando por una coyuntura histórica, que nos estábamos dirigiendo hacia algo nuevo".

No obstante, la campaña de referéndum no ha abierto "una nueva etapa", pues se han utilizado "los mismos mecanismos arcaicos, las mismas herramientas de la pleitesía tradicional en lugar de buscar una especie de contrato entre poder y ciudadanía", ha lamentado, al tiempo que ha destacado un problema centrado en el funcionamiento y la autonomía del Gobierno de cada monarquía.

"Si leemos de manera pormenorizada la Constitución, vemos que la monarquía tiene derecho al veto y que el monarca puede intervenir en el trabajo del Gobierno, y me temo que vamos a necesitar un Ejecutivo robusto y un presidente muy fuerte para poder rentabilizar al máximo las disposiciones del texto constitucional marroquí", ha expresado, a la vez que ha aseverado que Marruecos no reúne estas condiciones dado "el agotamiento general y el derrumbamiento de los partidos políticos".

Relaciones entre marruecos y españa

El príncipe Mulay Hicham también ha sido preguntado por las relaciones bilaterales entre Marruecos y España, un vínculo que se ve afectado por "la complejidad de la proximidad", lo que, a su vez, origina la existencia de una serie de temas pendientes", tales como la inmigración o el Sáhara.

"Sufrimos de la complejidad de la vecindad y debido a ello tenemos asuntos completamente paralizados", ha expresado Mulay Hicham, quien ha abogado por "un intercambio fluido y continuo de información" entre los dos países para resolver "todos y cada uno de estos problemas" y evitar que éstos afecten a las relaciones entres ambos. Para ello, es necesario que las dos partes hagan "los deberes que tienen pendientes".

Asimismo, ha hecho hincapié en su deseo de que el Estado español se comporte con Marruecos "de la misma forma en la que se comportó con América Latina, cuando participó de una manera eficiente en lo que se refiere al avance económico de esta parte del mundo". "Me gustaría ver una relación de partenariado en ese sentido entre Marruecos y España", ha apostillado.

Acontecimientos en el mundo árabe

El 'Príncipe rojo' ha centrado su conferencia en las revueltas populares que se han sucedido en los últimos meses en algunos países árabes y los acontecimientos políticos surgidos a raíz de éstas, unos hechos que, tal y como ha apuntado, han provocado que los regímenes autoritarios hayan perdido "para siempre la legitimidad", la cual es necesaria para que un régimen sea "viable".

"El mito ha caído para siempre y esa figura del líder que lo sabe todo, que trata al ciudadano como si de menores se tratara ya forma parte del pasado", ha expresado Hichman, quien ha asegurado que a ello se debe su actitud "optimista" en este proceso, pues, además, estos acontecimientos suponen "el nacimiento de la conciencia política y eso no lo había visto desde la lucha para conseguir la independencia".

No obstante, ha incidido en que, aunque "la mitad del camino ya está hecho", ello no indica que "el proceso vaya a terminar pronto", pues "vamos a necesitar mucho tiempo, habrá muchas experiencias, pero éste es el principio", ha apuntado Hicham, para quien los movimientos de 'la primavera árabe' tienen que trasladarse a la política, de manera que se vaya más allá de ese rechazo mostrado en las calles y se pase a una nueva fase de participación política.

Ha abogado por la institucionalización de la democracia, defendiendo, en este sentido, trabajar para que los movimientos democráticos, a través de su lógica interna, rompan el 'impasse' geoestratégico, ya que solamente la democratización permitirá a estos países árabes poner fin a "falsas tensiones" y poder pensar desde un punto de vista del interés nacional y en un contexto de cooperación regional.

Asimismo, ha señalado que las fuerzas democráticas tienen que trabajar más estrechamente con la diáspora de la zona este, así como con otros países de la región. De esta manera, se fortalecerán en la escena nacional ante las fuerzas conservadoras, que se movilizarán y crearán nuevas alianzas en su contra, poniendo como ejemplo una posible unión entre los Hermanos Musulmanes y la jerarquía militar en Egipto.

En este punto, ha considerado que las alianzas son inevitables, pero los movimientos nacionales deben intentar no ser tragados en conflictos internacionales o dominados por actores extranjeros con su propia agenda geopolítica o geoeconómica, ha señalado el 'Príncipe rojo', para quien la democracia es como "una flor que, a veces, puede florecer en las atmósferas más áridas", pero, para ello, hay que tener "los elementos necesarios".

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