La Consellería de Educación aspira a mejorar los resultados del informe PISA, en la próxima evaluación que tendrá lugar en 2015, en lo relativo a las competencias digitales de los alumnos. Para ello, potenciará la dotación de ordenadores en las aulas, una actuación que desarrolla en el marco del proyecto Abalar —que busca la integración de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación— y que permitirá a 31.500 escolares de Primaria y Secundaria contar con ultraportátiles el próximo curso.

De esta manera, en el año escolar 2011-2012 (el segundo de su aplicación), el proyecto beneficiará a unas 1.500 aulas de 340 centros. Será desarrollado de forma paralela a otros dos proyectos que tienen como objetivo fomentar la lectura.

Concretamente, se trata del Plan LÍA 2010/2015 (Lectura, Información, Aprendizaxe) y el Plan de Mellora de Bibliotecas Escolares (PLAMBE), que también ha duplicado el número de centros beneficiados en los últimos dos años, según destaca en un comunicado el departamento autonómico.

Con estas iniciativas, la consellería que dirige Jesús Vázquez Abad trabaja para mejorar los resultados del informe PISA-ERA (Electronic Reading Assessment) de 2009, que evaluó la competencia lectora digital de los jóvenes de 15 años de 19 países en actividades que requieren el acceso, comprensión, valoración e integración de textos digitales en distintos contextos y tareas de lectura.

La muestra española para este informe estuvo formada por 2.300 alumnos de 170 centros, seleccionados entre los 26.000 alumnos de 910 centros del conjunto del Estado, y según los resultados del informe, España se sitúa, con 475 puntos, por debajo de la media de los países participantes en cuanto al rendimiento en lectura digital.

A pesar de ello, la Consellería de Educación ha destacado como dato positivo que las iniciativas para fomentar la lectura desarrolladas en las bibliotecas escolares redundaron en una mejora de los resultados del informe PISA de 2009 respecto al anterior, con 486 puntos en comprensión lectora, lo cual supone siete puntos más que en 2006, y cinco más que la media española.