El Museo Carmen Thyssen Málaga echa mano del flamenco para dar a conocer al público parte de la colección que alberga el Palacio de Villalón. Se trata, en su mayoría, de pinturas del siglo XIX que recogen la música, la danza y las fiestas más típicas y usuales de Andalucía durante esta época, a las que se unen otras del cambio de siglo.

El ciclo de actividades 'Itinerarios flamencos en la colección' se pondrá en marcha este sábado 9 de julio, con una fiesta flamenca al cante de Paqui Corpas —Premio Nacional de Cante—, quien, con Manolo Santos a la guitarra y Carmen Córdoba a las palmas, inundará el patio del museo de notas y compases del flamenco.

Esta será la primera de las tres fiestas flamencas que se celebrarán en el marco de este ciclo, que también incluye dos charlas y cantes en sala, una actividad "muy novedosa", en la que 15 minutos de recital de cante y danza en torno a estos cuadros acompañarán a la charla de un experto; y dos proyecciones documentales.

La directora del Museo Carmen Thyssen Málaga, Lourdes Moreno, y el presidente de la Peña Juan Breva, Gonzalo Rojo, han destacado este martes, durante la presentación de la actividad, el elenco de figuras del flamenco y expertos en la materia que pasearán por las instalaciones de este palacio del siglo XVI, situado en el centro histórico de la capital malagueña.

Así, Luis Luque impartirá la primera charla el próximo 19 de julio, vinculada a la pintura costumbrista del museo; mientras que el recital correrá a cargo de José Soleá, al cante, y de Juani Santiago, a la guitarra. El 9 de agosto, Fernando Carmona hablará sobre la colección de fin de siglo. Pepe de Campillos al cante y Gabriel Cabrera, a la guitarra, pondrán voz y música.

El punto de encuentro para los participantes en las charlas será el patio del museo, a las 19.00 horas. El aforo está limitado a 25 personas y la entrada cuesta seis euros. Para asistir a esta actividad es necesario inscribirse previamente a través del teléfono 952 217 511.

Fiestas y proyecciones flamencas

Los sábados 30 de julio y 6 de agosto continuarán las fiestas flamencas en el Museo Thyssen con otros dos ganadores del Premio Nacional de Cante. En primer lugar, será el turno del malagueño Francis Bonela, acompañado por Gabriel Cabrera a la guitarra; y, en segundo lugar, de La Cañeta de Málaga, José Salazar y su grupo.

Cada recital dura aproximadamente 90 minutos y el precio de la entrada es de 15 euros. La actividad comenzará a celebrarse a partir de las 22.00 horas, aunque las puertas del museo abrirán a las 21.15 horas para que los participantes puedan visitar, a puerta cerrada, la Colección Permanente. Además, estarán invitados a una copa que ofrece Málaga Virgen.

En cuanto a las proyecciones, el día 22 de julio, un máximo de 80 personas podrán acceder, de forma libre, al pase del documental de creación 'Más allá de un baile... El Flamenco', que está dirigido por la directora de la radio nacional francesa France Culture, Christine Diger.

En él se recoge un diálogo entre la narración y las fotografías de los álbumes de viajes de fotógrafos del flamenco por Andalucía, tales como René Robert, Pepe Lamarca, Javier de Real o Colita. Tras la proyección, se dará paso a una entrevista dialogada con Paco Roji y la propia autora.

Seguidamente, el viernes 5 de agosto será el turno de los documentales 'La repompa de Málaga', dirigido por Paco Fernández y Paco Roji, y de 'Cantes de Málaga', por Paco Fernández; que darán paso a una sesión de estudio moderada por el director del Museo de Arte Flamenco, José Luque, en la que también participarán Roji y Fernández. En esta ocasión, el aforo está limitado a 20 personas, previa inscripción.

Actividad transversal

En palabras de la directora del Thyssen, se trata de una actividad transversal, la primera de este tipo que se celebra en la pinacoteca malagueña desde su inauguración, en la que se pretenden explicar las colecciones del museo al gran público, a través del hilo conductor del flamenco. Para ello, cuentan con la colaboración del Museo de Arte Flamenco Juan Breva.

Moreno ha explicado que gran parte de la colección datada en el siglo XIX se compone de cuadros que se elevan a una época en la que Andalucía estuvo abierta a viajeros, principalmente franceses, que se llevaron como recuerdo "lo más típico que podíamos ofrecer".

Esto desembocó en un comercio demandado por la propia burguesía andaluza, la cual quería poseer en sus casas estos cuadros, que representaban momentos felices de fiestas, romerías, encuentros, etcétera. De esta forma, pinturas de artistas locales conviven en el museo con otras de europeos que ofrecen su visión foránea sobre la cultura popular andaluza.