La Audiencia de Toledo celebrará en octubre el juicio por el secuestro fallido del hijo del 'Pocero'

La Audiencia de Toledo celebrará el próximo mes de octubre el juicio por el intento de secuestro de Francisco Hernando del Saz, hijo del constructor Francisco Hernando 'El Pocero', el día 25 de abril de 2008 en Seseña (Toledo).

La Audiencia de Toledo celebrará el próximo mes de octubre el juicio por el intento de secuestro de Francisco Hernando del Saz, hijo del constructor Francisco Hernando 'El Pocero', el día 25 de abril de 2008 en Seseña (Toledo).

Así lo ha anunciado el fiscal jefe de Toledo, José Javier Polo, durante una rueda de prensa en la que ha dado a conocer los datos de la Memoria de la Fiscalía relativos a 2010, y se ha referido a este como uno de los juicios relevantes que se celebrarán tras el periodo estival.

Polo ha explicado que en total hay unas cuatro o cinco personas acusadas, por un delito de tentativa de secuestro. Los hechos ocurrieron en abril de 2008 y el caso quedó esclarecido por la Policía Nacional en septiembre de ese mismo año, con la detención de dos personas.

La víctima, hijo de 'El Pocero', era máximo responsable de las empresas de su padre, y los autores del secuestro pretendían pedir un rescate de 30.000.000 de euros. Para llevar a cabo el rapto, los arrestados habían alquilado un chalet en la localidad madrileña de Perales del Río, donde habían construido un zulo en la bodega.

Los dos detenidos pertenecían a una banda responsable de un secuestro similar en Almonte. Las investigaciones policiales lograron esclarecer este intento de secuestro e imputar los hechos a cinco miembros de esta banda.

Los agentes del Grupo de Secuestros y Extorsiones concluyeron que los miembros de esta banda planificaron en un principio secuestrar al hijo del empresario de la construcción de Seseña, pero "ante la fuerte resistencia de éste tuvieron que cambiar de objetivo.

Preparación del zulo

Según la Policía Nacional, la banda delictiva había alquilado un chalé en Perales del Río para llevar a cabo el secuestro. En esta vivienda se podía acceder de manera directa desde el garaje hasta la bodega, donde habían preparado un zulo. El habitáculo estaba aislado acústicamente, con las ventanas tapadas y pintado de color negro. Se trataba de un lugar de donde no pudiera salir voz alguna, tal y como ordenaron a las personas que lo construyeron.

Así, con la intención de engañar al hijo del mencionado empresario, M.R.S. golpeó un Citröen Xsara Picaso contra el vehículo que conducía la víctima para hacerle salir del coche. Tras apuntarle con una pistola, y con la ayuda de otro individuo, iban a introducirlo en el maletero de un BMW 320.

Al percatarse de la verdadera intención de estas personas, el individuo resistió todos los golpes que recibía, al tiempo que forcejeó con el sujeto que portaba el arma con el que le apuntaban. Finalmente, los presuntos delincuentes abortaron la ejecución del secuestro dándose la fuga. El hijo del constructor fue asistido de lesiones considerables en la cabeza y en el resto del cuerpo.

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