El popular Gerardo Conde Roa ha tomado posesión de su cargo como alcalde de Santiago con la promesa de bajarse el sueldo "un 3 por ciento más". Con esta premisa, el nuevo regidor "trabajará por objetivos" y con el reto de alcanzar unas "metas predeterminadas" y, si las cumple "por año", podrá recuperar "ese 3 por ciento de rebaja", pero si no lo hace, se añadirá "una reducción del 1 por ciento a mayores".

Lo ha anunciado en el pleno en el que ha tomado el bastón de mando local en relevo del socialista Xosé Sánchez Bugallo. Con un retraso de tres semanas, a causa de los recursos y contenciosos electorales presentados PSdeG y BNG, el popular ha asumido este viernes la Alcaldía, que cambia de color por primera vez en 24 años, y lo ha hecho con el compromiso de no estar en el cargo más de dos legislaturas.

"No esperen medidas revolucionarias, ni grandes estrategias", ha avisado el ya regidor compostelano, quien ha prometido "ahorro, gasto racional y, sobre todo, mucha austeridad" para acercarse a los ciudadanos que sufren "los efectos de la crisis" y que contemplan a la clase política "escépticos o desencantados".

Así, además de rebajarse el salario, ha anunciado que reducirá el personal de confianza en un 30 por ciento, revisando las políticas que tengan "menor relación directa" entre coste y beneficio social. Y es que, ha subrayado, su prioridad será trabajar para ayudar a quiénes más sufren los efectos de la crisis.

En este camino marcado "por la crisis", Conde Roa ha dado por hecho que le ayudará el "carácter" forjado en los años de "sacrificio" de la oposición y ha manifestado su "enorme ilusión" con la nueva etapa. "Sabiendo que no somos más que unos meros transeúntes que han de administrar con diligencia los recursos que los ciudadanos ponen a nuestra disposición", ha matizado.

Dicho esto, ha indicado que "la perpetuación" en las instituciones ha demostrado "en general" que no conduce "a nada bueno", por lo que ha reiterado su compromiso de no ocupar la Alcaldía más allá de dos legislaturas, tiempo que ha considerado "suficiente" para "diseñar, discutir y ejecutar" un proyecto sólido de gobierno para la ciudad.

"humanismo administrativo"

Tras reivindicar el carácter "abierto y hospitalario" de los compostelanos, con su acogida a los peregrinos, Conde Roa se ha comprometido a trabajar con su equipo para "mejorar, sin ignorar ni despreciar el pasado". "El Ayuntamiento ha de volver a ocuparse de los pequeños problemas de los ciudadanos, los que marcan la diferencia entre un vivir agradable o una tortura existencial", ha esgrimido.

En consecuencia, ha resaltado que la organización municipal debe estar no sólo "para los grandes proyectos", sino para "resolver el día a día". Así, ha abogado por "ordenar y racionalizar" la administración local. "Debe ponerse al día", ha defendido, al tiempo que ha apelado a funcionar bajo el principio de lo que ha bautizado como "humanismo administrativo".

"Para todos ha de ser evidente que detrás de cada expediente se encuentran personas con nombres y apellidos, que anhelan poner en marcha un pequeño negocio o tal vez construir una pequeña vivienda que cimiente un proyecto de vida que empieza a germinar. Un humanismo administrativo debe impregnar la tramitación de expedientes", ha advertido.

"Evidente" resulta, en su opinión, que los recursos son "escasos" y las necesidades "inagotables". Por ello, ha destacado que, cuando alguien no entienda alguna decisión municipal, habrá de interpretarla "en esta clave" y ha garantizado que gobernará "con mucha austeridad".

En su discurso, Conde Roa no ha olvidado la cultura como elemento "integrador" de la vida social y de "descanso de la mente y el cuerpo", un atractivo que Santiago no sólo debe "aumentar" sino que tiene que constituir un eje "fundamental" de un desarrollo futuro. "

A renglón seguido, ha erigido al complejo del Gaiás en el "eje de rotación" sobre el que Compostela tiene que "proyectarse en el siglo XXI", sin obviar algún mensaje velado a los anteriores gestores. "Pensar que en Santiago pueda cerrarse la creación cultural entre los gruesos muros de algunas ideologías, sea cual sea, es desconocer que en el Camino y en la ciudad las manifestaciones culturales de diferente naturaleza y procedencia constituyeron un perfecto encaje en el que contribuyó su universidad", ha reivindicado.

Consenso y participación ciudadana

Por último, ha invitado al "consenso de todos" para solventar los problemas que "aquejan" a la capital gallega. "De todos los que piensen que luchar por esta ciudad merece la pena. Todos los que sean capaces de crear, de ilusionarse con nuevas metas, tienen que tener cabida en esta ciudad", ha precisado.

Lo ha hecho tras reivindicar la importancia de la participación ciudadana y tras prometer que no gobernará "de espaldas" a sus vecinos. "Si un político aislado de la calle es un sin sentido, en un concejal resulta grotesco", ha advertido, para añadir que las soluciones hay que "negociarlas", los proyectos, "consultarlos", y las decisiones, "tomarlas después de que cada cuerda haya sido debidamente afinada". A su juicio, los ciudadanos están "cansados de oír instrumentos desafinados y orquestas desacompasadas".

Para ello, ha abogado por "profundizar" en el desarrollo democrático de los órganos municipales, además de "mejorar" las estructuras de consulta ciudadana. También ha avanzado que habrá una reforma del reglamento orgánico de la Corporación con el fin de que se "mejore" la participación "en el debate interno".

Por último, se ha marcado el reto de buscar el "futuro" de la capital gallega no sólo en sectores como la "promoción inmobiliaria", sino en dotar a la ciudad de infraestructuras y en mejorar su competitividad "global". "Santiago no puede vivir resignada exclusivamente a que un Año Santo le haga más soportable la crisis económica", ha señalado, dispuesto a realizar "un trabajo sencillo, callado y eficaz" al frente del Consistorio compostelano.

Pleno y emoción de conde roa

El ya alcalde ha concluido su discurso con un recuerdo emocionado a sus padres, a los que —dijo— "debe mucho, pese a sí mismo", así como a sus hermanos y a sus hijos. Las últimas palabras de Conde Roe fueron para el Apóstol Santiago, al que "imploró ayuda" para ser capaz de dirigir la capital gallega "con acierto, humildad y sin desmayo".

El pleno constituyente —en el que Conde Roa juró su cargo, mientras que su antecesor, Xosé Sánchez Bugallo, y el candidato del BNG, Rubén Cela, lo prometieron— transcurrió con normalidad y el único que se salió del guión fue el nacionalista Rafael Vilar —miembro de la Executiva del BNG y uno de los impulsores de la plataforma 'Nunca Máis'— que prometió "lealtad" al Rey y "cumplir y hacer cumplir" la Constitución en el ejercicio de sus funciones como sus compañeros, pero añadió que esto lo hace "por imperativo legal".

Al pleno, además del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; la jefa del Legislativo, Pilar Rojo; y el delegado del Gobierno en Galicia, Miguel Cortizo, asistieron numerosas autoridades. Fuentes del PPdeG aseguraron a Europa Press que entre las 150 personas invitadas por Raxoi no hubo la posibilidad de incluir a conselleiros de la Xunta, aunque algunos siguieron el pleno desde el ala de la Xunta.

Invitados en esta ala estaban, indicaron las mismas fuentes, los conselleiros de Medio Ambiente, Agustín Hernández; de Medio Rural, Samuel Juárez; de Sanidade, Pilar Farjas; de Presidencia, Alfonso Rueda; y de Traballo, Beatriz Mato. También acudieron regidores de localidades próximas a Santiago y destacados dirigentes populares como el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, y el portavoz parlamentario del PPdeG, Pedro Puy.