En el recurso, al que luego se ha adherido el PP de Guriezo, se mostraban las "dudas" sobre la veracidad de la homologación de las papeletas del voto del PRC, ante la "clara diferencia caligráfica" que se detectó entre las dos firmas que constaban de la Junta Electoral.

Se cuestionaba que las papeletas eran diferentes a las homologadas, incidiendo en que "condicionaba" el derecho al secreto del voto, ya que se facilitaba la identificación, en electores de localidades pequeñas, así como la existencia de "coacciones" para que los candidatos "puedan hacer saber a los escasos electorales la posibilidad de controlar la cantidad concreta de votos emitidos a favor de su fuerza política".

Frente a esto, el PRC alegaba que las papeletas fueron "expresamente" homologadas por la Junta Electoral y cumplían el modelo y condiciones fijados, por lo que "no hay inconveniente" para que una misma candidatura imprimiera dos modos distintos.

La Junta Electoral Central ya desestimó la pretensión del PP de anular algunas papeletas del PRC, señalando que debían verse como "papeletas oficiales", aunque admitiendo que existían "pequeñas diferencias" en aspectos como el tamaño o el interlineado, en una decisión que fue igualmente recurrida.

Ahora, el TSJC insiste en que "no existen dudas" sobre los aspectos cuestionados en las papeletas y en que los cambios detectados se consideran "irrelevantes", además de que no se ha propuesto como prueba por parte de los recurrentes que estas se hubieran repartido "exclusivamente" en pequeñas localidades para facilitar la identificación de los electores y la "coacción" por parte de los candidatos.