La pérdida de convergencia de Baleares con la UE es la señal más notoria de su deterioro económico, según Funcas

La Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) constata que la señal más característica del deterioro económico de la comunidad balear es la pérdida de convergencia con los índices económicos de la UE, dado que desde el año 2000 hasta el año pasado ha perdido 11,5 puntos mientras que el índice medio de las regiones ha crecido 6,5 puntos.
El director general de Funcas, Victorio Valle
El director general de Funcas, Victorio Valle
EUROPA PRESS
El director general de Funcas, Victorio Valle

La Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) constata que la señal más característica del deterioro económico de la comunidad balear es la pérdida de convergencia con los índices económicos de la UE, dado que desde el año 2000 hasta el año pasado ha perdido 11,5 puntos mientras que el índice medio de las regiones ha crecido 6,5 puntos.

Así lo revela el estudio el último número de 'Cuadernos de Información Económica' titulado 'Atonía Económica con incertidumbre política' que recoge datos sobre la percepción ciudadana ante la situación económica, política y social, con especial énfasis al periodo 2005 a 2010.

Según este estudio, el sentimiento económico de los residentes de Baleares se mueve a la par del descenso en los índices de convergencia europeos, sobre todo si se tiene en cuenta que en 200 el índice de convergencia era similar a los de Cataluña y País Vasco.

El estudio expone que Baleares se encuentra en el grupo de comunidades con una percepción sobre la capacidad de recuperación económica menor que la media nacional, aunque también se aprecia que la situación económica ligeramente mejor que la del conjunto del país.

El informe de Funcas también revela, a nivel general, que entre la población cunden el pesimismo y la incertidumbre sobre el devenir de la economía.

Navarra, País Vasco y Madrid se situarían como las regiones más optimistas, en tanto que Andalucía y Canarias son las más pesimistas.

Por otro lado, Funcas afirma que una rebaja del IRPF destinada a impulsar la economía hasta alcanzar el crecimiento del 2,5% necesario para iniciar la creación de empleo neto tendría un coste recaudatorio de 25.000 millones de euros, es decir, supondría una reducción del 35% de los ingresos previstos en este impuesto para este año.

Así lo ponen de manifiesto los profesores Victorio Valle, José Félix Sanz y Desiderio Romero en un artículo donde consideran que una rebaja fiscal en este sentido supondría un "coste excesivo", que acentuaría el déficit "absolutamente inabordable" que soportan las administraciones públicas.

Además, añaden que si se redujeran también los gastos públicos, el efecto de una rebaja impositiva se vería fuertemente mermado y, bajo ciertos supuestos, incluso podría tener un "efecto global contractivo".

Así, indican que la utilización de las reducciones impositivas como forma de estimular la economía son más efectivas en etapas de crecimiento que en fases de atonía como la actual.

En este sentido, los autores del estudio recuerdan que la reducción de 400 euros practicada en los ejercicios 2008 y 2009 en el IRPF "no puede decirse que haya aportado resultados brillantes al crecimiento y, sin duda, contribuyó a elevar los ya de por si elevados déficit de esos ejercicios".

Para conseguir esta rebaja del impuesto, el estudio apunta que sería necesario aplicar una reducción lineal de 5,5 puntos porcentuales sobre todos los tramos del impuesto o bien aumentar el mínimo del contribuyente desde los 5.150 euros hasta los 14.000 euros.

También se podría hacer una combinación de ambas cosas, aplicar una rebaja de 3 puntos de los tramos y elevar el mínimo hasta los 10.000 euros.

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