El bebé resbaló y cayó de cabeza contra el suelo el pasado día uno del presente mes. Un médico atendió al niño en casa, pero no fue hasta seis días después cuando Kevin Federline y la cantante se decidieron a llevar al niño a urgencias de un hospital.

Como ocurre en España, y tras hacer un informe  de las lesiones, los médicos del hospital emitieron un informe que pasó a manos de los servicios sociales de Los Angeles, responsables de investigar si ha habido o no negligencia o indicios de malos tratos.

El abogado de Britney, Martin Singer, ha declarado a los medios de comunicación: “El Departamento de atención al Niño y la Familia respondió de inmediato y ha determinado que no existe problema algún ni razón para iniciar una investigación formal. Se ha dictaminado que en la casa no ocurrió nada inapropiado y que los padres no estuvieron involucrados en el accidente”.

Según informa el Miami Herald, El Departamento de Servicio del Niño y la Familia de los Angeles, así como la Comisaría de Pollicía de Lost Hills han rehusado facilitar detalle alguno sobre la visita de los agentes al domicilio de Britney.

Sólo la teniente Debra Glaskides se ha atrevido a decir algo: “Sólo nos acercamos al domicilio, pero no emitimos informe ni nada. Es un proceso muy normal y rutinario”.

Rutinario no sólo para la policía, sino también para la propia Britney Spears, que ya recibió la visita de los Servicios Sociales no hace ni dos meses cuando algunos medios informativos publicaron imágenes de la cantante conduciendo con su bebé en el regazo. La disculpa que ofreció a la policía fue que había tenido "un encuentro espantoso con un paparazzi”.

Posteriormente, la princesa del Pop  pidió disculpas por su comportamiento ante los medios de comunicación.

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