"Estoy en un callejón sin salida, así como feo, pero preparado para lo que sea". Jason Valdez subía estas frases a Facebook poco antes de que los SWAT irrumpieran en la habitación del hotel donde mantenía secuestrada a una mujer.
Valdez, un expresidiario de 37 años, mantuvo retenida durante 16 horas, por motivos que no han quedado claros, a una mujer llamada Verónica. Durante ese periodo de tiempo actualizó constantemente su página de Facebook, incluso tuvo tiempo de agregar nuevos amigos y recibió decenas de mensajes de sus allegados y familiares que intentaban convencerlo para que depusiera su actitud. También habló por teléfono con varios familiares de los que se despidió y anunció su deseo de no salir con vida.
"Esto no es un juego, déjala ir", decía una; "Sal desarmado, piensa en tu familia. Todos te queremos", decía otro; mientras algún amigo, mucho más práctico, le indicaba el lugar desde donde las fuerzas especiales aguardaban el momento del asalto.
La dramática escena se desarrolló en un motel de Ogden, Utah (EE UU), y finalizó el sábado por la mañana cuando Valdez, cercado, se disparó un tiro en el pecho.
La rehén fue liberada sin rasguños y él se debate entre la vida y la muerte en un hospital, mientras la Policía estudia presentar cargos contra los amigos que le informaban sobre la actuación de los SWAT. De nada de esto ha podido escribir ya Valdes en su perfil de Facebook.
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