No te gusta que te comparen con PJ Harvey. ¿Con quién te comparamos entonces?

Con mi madre, con mi padre...

He leído que regalaste tu pelo hace poco. ¿Se puede saber el motivo?

Romanticismo, pero del de beber vinagre...

Dices que eres muy de escuchar música cuando te duchas. ¿También aprovechas para hacer gorgoritos bajo el agua? ¿Cuál es el momento más adecuado del día?

La noche, para las dos cosas. Pero la verdad es que no soy de las que cantan bajo la alcachofa, en mi tiempo libre me gusta más escuchar.

Comentan que tu disco tiene un punto esquizofrénico. ¿No es necesaria esta esquizofrenia para que un puñado de canciones funcionen en armonía, como conjunto?

Creo que era cuestión de tiempo y de encontrarle un hilo a la bipolaridad para que las canciones se den la mano a pesar de todo.

¿Qué ciudad tiene una mejor atmósfera para componer: Barcelona, Mallorca o NYC?

Me quedo con Mallorca; luego, Barcelona, y por último y requeteúltimo, Nueva York. Para mí el bullicio es inspirador pero poco productivo, así que viene muy bien jugar a vivir en lugares estimulantes y luego retirarse a algún santuario a pensar.

¿Lo de haber estudiado pintura en su día fue más una huida hacia delante o una forma de buscar un sobresueldo por si esto de la música no funcionaba? Siempre ha sido una pasión paralela, aunque hay momentos en los que es muy difícil compaginar las dos cosas. Fue una etapa extrema. Estaba harta de la música y a punto de quemarme, así que opté por cambiar de aires y desintoxicarme pintando, que también me llena.

Eres de las pocas artistas que cita a su perro como una de sus influencias. ¿Lo sigue siendo? ¿Te ha dado el visto bueno para el último disco?

Mi perro pasa de mí. Una vez, y no te miento, tiró un cuadro mío al suelo y se cagó encima.