El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la pena de 16 años de prisión para la mujer que en noviembre de 2009 mató junto a su compañero sentimental a un vecino de Adra (Almería), quien falleció de siete puñaladas en un descampado al que le llevaron mediante engaños para poder robarle la cartera.

El Alto Tribunal, que desestima el recurso de casación interpuesto por la defensa de Iris María R.A., considera que actuó como coautora del homicidio ya que trazó un plan de común acuerdo con su el otro acusado, Juan V.R., y rechaza el carácter probatorio de tres cartas en las que su pareja, desde la cárcel, intenta exculparle del crimen.

En esta línea, y tras criticar la "sinrazón" del recurso, niega que la mujer actuase con sus capacidades alteradas por el consumo de alcohol y estupefacientes tal y como subrayó el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial tras la práctica de la pericial y el testimonio del propietario del bar en el que estuvieron antes de cometer los hechos.

Juan V.R. e Iris María R.A. fueron condenados a penas individuales de 12 y cuatro años de cárcel como autores de delitos de homicidio y de robo con intimidación y uso de armas, respectivamente, y fueron obligados al pago de una indemnización de 12.000 euros a cada uno de los hermanos del fallecido.

El tribunal destacó en su fallo el proceder "frío y cruel de la pareja" y la "prolongada angustia" a la que sometieron a la víctima, a quien tuvieron más de 20 minutos con la punta de la navaja semihundida en el abdomen antes de asestarle siete puñaladas, de las que dos fueron de riesgo vital que tiempo que destacó le "engañaron" para conseguir "una pequeña cantidad de dinero"

La pareja se topó en la madrugada del 9 de noviembre de 2009 con la víctima, un hombre de 44 años, cuando este estaba sentado en un banco de la Plaza del Ayuntamiento. En ese momento acordaron con ánimo de lucro ilícito abordarle y trazaron un plan que consistía en que ella le ofreciese relaciones sexuales y le llevase a un descampado próximo donde esperaría el acusado, armado con una navaja, para poder atracarle.

Tras conseguir que el fallecido la acompañase hasta el lugar usado como aparcamiento y, tras pactar un precio, se situase entre dos vehículos estacionados, Juan R.V. se abalanzó sobre él y le puso el arma blanca, de 15 centímetros de hoja y 3,5 de ancho a la altura del abdomen mientras que le exigía bajo amenazas junto a ella que le diese todo lo que llevaba o que le iba a matar.

Apuñalamiento "brutal"

Comenzaron a registrarle las ropas hasta encontrar una cartera con dos décimos del sorteo de la lotería de Navidad y una tarjeta de crédito, por lo que le urgieron a que les diera el número secreto. Mientras Juan R.V. retenía a la víctima, la coacusada se marchó a un cajero cercano e intentó extraer dinero, un extremo que no consiguió al ser el pin inexacto. En este caso, fue ella la que, bajo amenazas, les exigió los dígitos reales que, finalmente, les dio el fallecido.

En total, realizaron cuatro extracciones de 400, 100, 100 y 220 euros y dos intentos fallidos de 400 y 100 euros. El apuñalamiento "brutal" se produjo mientras Iris María R.A. hacia la ronda por los cajeros. Luego volvió al descampado, se fue con su compañero hasta casa y allí ambos cogieron una capucha para seguir intentado extraer dinero en cajeros del vecino municipio de El Ejido.

La sentencia señala a ambos como autores del homicidio ya que, pese a que él intentó exculpar a su pareja durante el juicio, ella era conocedora que de que iba armado, participó cuando le intimidaron con ella poniéndosela en el abdomen y, sobre todo —ahonda— "estaba en una zona a menos de 40 metros del solar cuando se produjo el apuñalamiento y oyó los quejidos del fallecido".