El 'amor surrealista', glamuroso y loco de Man Ray y Lee Miller

  • Fueron la pareja de moda en el París de las vanguardias.
  • Ella, la primera mujer en anunciar tampones, lo inspiró a él, uno de los fotógrafos más radicales de su tiempo. Él la enseñó a hacer fotos.
  • La exposición 'Man Ray - Lee Miller, Partners in Surrealism' presenta los frutos artísticos de aquella pasión de cuatro años.
A la derecha, Ray retratado por Miller en 1931. A su lado, Miller retratada por Ray en 1930
A la derecha, Ray retratado por Miller en 1931. A su lado, Miller retratada por Ray en 1930
Derecha: The Penrose Collection, Sussex, England; © 2011 Man Ray Trust/Artists Rights Society (ARS), New York/ADAGP, Paris/Courtesy of The Penrose Collection. All rights reserved / Izquierda: Lee Miller Archives, Sussex, England; © Lee Miller Archives, En
A la derecha, Ray retratado por Miller en 1931. A su lado, Miller retratada por Ray en 1930

Él pertenecía al olimpo de la tribu de las vanguardias. Había ayudado a fundar el Dadaísmo y el Surrealismo. Pintaba y hacía fotos experimentales. Era el amante de la gran musa Kiki de Montparnasse. Aunque nacido en Philadelphia (EE UU) en 1890, desde 1921 vivía en París.

Ella también era estadounidense (Poughkeepsie-New York, 1907). Había sido víctima de una violación cuando tenía ocho años, un trauma que el tiempo no consiguió curar. Trabajó como modelo publicitaria para algunos de los mejores fotógrafos de su tiempo, entre ellos Edward Steichen.

Fue la primera mujer en aparecer, en 1928, en una foto tomada por Steichen, en un anuncio de tampones. La menstruación femenina era un tabú que nunca se había citado en los medios de comunicación y Miller fue atacada y condenada al ostracismo. Al año siguiente decidió irse a vivir a París.

Cuando se encontraron en 1929 en la bullente y loca capital francesa, Man Ray (nacido Emmanuel Radnitzky) y Lee Miller se convirtieron en la pareja de moda. Amantes fogosos, hermosos y creativos, se codearon con un círculo de amistades para quienes el arte era un modo de vida. Pablo Picasso, Dora Maar, Max Ernst, Alexander Calder y Le Corbusier eran sus íntimos.

Inspiración mútua

Miller, que deseaba estudiar fotografía, consiguió que Ray rompiese su norma inflexible de no aceptar aprendices. Hasta 1932 fueron amantes, trabajaron juntos y se inspiraron mutamente.

La exposición Man Ray - Lee Miller, Partners in Surrealism (Man Ray - Lee Miller, compañeros surrealistas), que se exibe en el Peabody Essex Museum, presenta los frutos artísticos de un amor corto, glamuroso y loco.

La muestra, que reune 76 piezas, es la primera que coloca a Ray y Miller al mismo nivel y permite comprobar cómo sus obras se retroalimentaron. La lectura dominante de Miller como simple musa queda anulada. Está demostrado, por ejemplo, que ella fue la autora de muchas de las fotos de la época que aparecen firmadas por Ray.

Fue Miller quien persuadió a Ray de que trabajasen como un tándem: ella se dedicaría a las fotos y él podría concentrarse en la pintura y la escultura.  Este acuerdo de colaboración íntima prosperó en el desarrollo pionero de efectos como la solarización fotográfica.

Durante sus años parisinos, la fotógrafa colaboró con otros artistas. Actúa interpretando a una estatua con vida en La sangre de un poeta, la película surrealista de 1930 de Jean Cocteau.

Man Ray - Lee Miller, Partners in Surrealism "es un microcosmos del Surrealismo, encarnado en dos personas y sus sentimientos mútuos. Juntos, Man Ray y Lee Miller, se convirtieron en el objeto surrealista definitivo, dos personas incuestionablemente llamadas a estar juntas, pero cuya relación no cuajó", comenta el comisario de fotografía del museo, Phillip Prodger.

Tras la ruptura de la pareja, Man Ray -que fue, al parecer, el abandonado- siguió viviendo en Paris hasta la II Guerra Mundial. Regresó a los EE UU, se casó con la bailarina y modelo Juliet Browner, volvió a Montparnasse y murió en 1976. Su epitafio dice: "Indiferente, pero no mediocre".

Miller tuvo una vida más movida. Montó un estudio de fotografía en Nueva York, se casó con un magnate egipcio de los ferrocarriles, luego con el crítico inglés Robert Penrose, trabajó como reportera durante los bombardeos de Londres por la aviación nazi, se incorporó a la invasión aliada de Europa y fue de las primeras fotógrafas en entrar en los campos de concentración.

Hace unos años se reveló que había sido espiada por los servicios secretos ingleses porque frecuentaba la amistad de comunistas.

Murió en 1977, un año más tarde que Ray, y sus cenizas fueron esparcidas en la granja inglesa en la que vivió durante las últimas décadas de su vida.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento