La tonadillera abandonó la clínica Montepríncipe, donde ha permanecido ingresada tres semanas. Sus dos hijos pequeños y el resto de la familia la recibieron con una pancarta donde se leía La alegría volvió a casa.
El alta se produjo a las 18.30 h. Poco después la chipionera, en la parte delantera de un coche y en compañía de su marido, Ortega Cano, llegaba a su domicilio. Vestía de color salmón y llevaba una flor en la mano. Al ver a los periodistas, sonrió y se llevó la mano al pecho en un gesto de cariño.
La artista, aquejada de un cáncer de páncreas desde 2004 y tras un ingreso de tres meses en Houston (EE UU), vivirá la evolución de su enfermedad en la intimidad de su casa.
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