Pinturas que juegan con el lenguaje visual de la medicina

  • La artista valenciana Tania Blanco aplica a sus obras el lenguaje visual de laboratorios y clínicas.
  • Explora la imagen común, entre artificial y redentora, de la ciencia.
  • "La medicina representa resguardo, sosiego y protección. Por otro lado también significa inquietud, temor e incertidumbre".
Tania Blanco retrata a un ojo en una de sus pinturas acrílicas
Tania Blanco retrata a un ojo en una de sus pinturas acrílicas
Tania Blanco retrata a un ojo en una de sus pinturas acrílicas

"El entorno médico, quirúrgico, químico y tecnológico se ha incorporado en nuestras sociedades. Convivimos con ello cada vez con más naturalidad y aceptación".

En el universo inmaculado y preciso de Tania Blanco (Valencia, 1978) los protagonistas son las inyecciones, los alvéolos, las muestras, las batas blancas y las visiones microscópicas de los laboratorios y los hospitales.

Los tonos médicos de sus pintura acrílicas oscilan entre el azul y el blanco, salpicados por los tonos de microorganismos y tejidos de colores. Los trucos estéticos y la técnica sin duda le deben algo a la abstracción de Kandinsky, a la maquinaria humana de Chirico o al brillo de Dalí.

Entre los motivos, escenas de laboratorio que rozan el surrealismo: el diagrama científico de un ojo que por dentro es mecánico, deformados maniquíes de acupuntura, el perfil de una chica que muestra en su cabeza un riñón...

El último proyecto de esta artista española residente en París es Sleep-Drunk Vademecum (Vademécum dormido-ebrio). "Es un catálogo visual que resulta de la 'ebriedad emocional' que produce la falta de sueño. Busco recrear instantes de ese estado febril o de desconcierto para llevar a la reflexión".

La visión artificial y redentora de la ciencia

Se vende como un avance milagroso, es un oráculo, un factor decisivo para que un ser humano viva o muera. Blanco también ahonda en este aspecto sobre la visión artificial y redentora de la ciencia, que nos afecta al relacionarnos con nuestro cuerpo.

Acaba de mostrar su trabajo en la galería sevillana Alarcón Criado y en noviembre expondrá en Le Centquatre, un centro de arte contemporáneo de París. La artista habla con 20minutos.es sobre la atmósfera clínica de su obra, un modo de jugar con el lenguaje visual de la medicina.

¿Qué es Sleep-Drunk Vademecum?

Un proyecto entre lo pictórico y la instalación, una serie de pinturas de formato redondo que crece orgánicamente. El título evoca un catálogo visual que resulta de la 'ebriedad emocional' que produce la falta de sueño. Busco recrear instantes de ese estado de desconcierto o febrilidad paraprovocar reflexiones.

Instrumental médico, modelos de anatomía, células, laboratorios... ¿Cómo ve Tania Blanco al ser humano?

Vive condicionado por la cultura en la que habita, yo sólo reflejo cosas que ya forman parte de nuestra cotidianeidad. También se flitran experencias personales que pueden ser extrapolables a mucha gente.

¿Qué le sugiere la atmósfera clínica?

Puede representar resguardo, sosiego y protección, y por otro lado inquietud, temor e incertidumbre. Así que resulta una sensación muy contradictoria, con oscuridades en su significado. Paradójicamente, en lo visual se caracteriza por la claridad, la precisión y la nitidez.

¿Qué comunican las imágenes de Sleep-Drunk Vademecum?

El entorno médico, quirúrgico, químico y tecnológico se ha incorporado en nuestras sociedades y convivimos con ello cada vez con más naturalidad y aceptación. Por eso surge y evoluciona una conciencia que reflexiona y se enfrenta a ese universo artificial, en apariencia redentor, que incide sobre nuestra manera de percibir el cuerpo, en su dimensión física y psicológica.

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