El alcalde de Logroño, Tomás Santos, ha afirmado esta tarde que cuando esta a punto de terminar el mandato -este sábado toma posesión la nueva alcaldesa- que se han dedicado "en cuerpo y alma a defender la ciudad" para que "siga siendo un buen lugar para vivir".

El primer edil logroñés ha realizado estas manifestaciones en su intervención en el 'Acto de Evocación Histórica de la Ciudad', que se ha desarrollado, tras la ofrenda floral de San Bernabé, en la que han participado los niños representantes de la ciudad, en las murallas del Revellín. Al evento ha acudido, entre otras personalidades, el presidente del Gobierno riojano, Pedro Sanz.

Santos ha indicado que en esta última legislatura su trabajo ha ido a "defender el puente de la solidaridad con los más débiles; con las pequeñas empresas y negocios en dificultad, con los desempleados y sus familias, con los jóvenes, con todos los que más injustamente han sido maltratados por la crisis de estos últimos años para que todos podamos seguir viviendo con dignidad".

"Me llevo por todo patrimonio la satisfacción de haber intentado cumplir con mi deber y de haber contribuido, junto con todos los concejales que han formado parte del consistorio, a que nuestra ciudad siga siendo un buen lugar para vivir", ha añadido.

En su discurso, Santos ha indicado que en el Revellín, Logroño recuerda "cada año el triunfo sobre aquellos que pusieron cerco a nuestra ciudad y pretendieron apoderarse de ella en 1521". Una ciudad que "decidió y consiguió mantenerse libre gracias a que los logroñeses dejaron a un lado los intereses individuales y los pusieron al servicio de los intereses colectivos".

El alcalde logroñés, ha recordado que "frente a un ejército atacante mucho mejor pertrechado en su capacidad de destruir, los logroñeses de 1521 decidieron que había que defender ese Fuero y se aprestaron a defender, por su valor simbólico y estratégico, el Puente, ese cordón umbilical sobre el río que había dado origen a la ciudad y que había permitido durante siglos el discurrir de los viajeros entre el norte y Castilla, y el paso de los peregrinos de toda Europa hacia Compostela".

"Y lo hicieron todas y todos: ricos y pobres, pequeños y grandes, sin distinción de clases ni ideologías, arrimando el hombro en la tarea común de aportar cada cual sus fuerzas y compartir los escasos recursos, apenas un mendrugo de pan, un trozo de pescado y un poco de vino. La prueba fue dura, pero supieron resistir y ganaron la partida: lograron mantener libre la ciudad y franco el camino sobre el río", ha añadido.

Finalmente, el alcalde con el afán de hacer de la capital una ciudad "seria en el trabajo y alegre en la fiesta" invitó a gritar a los presentes: "¡Viva San Bernabé! ¡Viva Logroño!".