Este informe incorpora un ránking de universidades públicas españolas sobre capacidad de atracción de nuevos estudiantes, calidad docente, calidad en el doctorado y calidad investigadora.

En cuanto a la primera de las variables, destacan Pompeu Fabra, Granada, Burgos, Politécnica de Cataluña y la Universidad de Sevilla; mientras las más destacadas por la calidad de la docencia son Pompeu Fabra, Zaragoza, Lleida, Pública de Navarra, y Cantabria.

Por calidad en el doctorado, destacan la Universidad de Cataluña, Barcelona, León, Complutense de Madrid y Extremadura; y por calidad investigadora, la Universidad Autónoma de Madrid, la Autónoma de Barcelona, Santiago de Compostela, la Universidad de Barcelona y Pompeu Fabra.

Por otro lado, el informe señala que las titulaciones universitarias con menos de 50 alumnos, que representan el 42 por ciento del total de la oferta en España, y el elevado número de profesores por alumno (nueve por cada cien) frente a los países adaptados al Espacio Europeo de Educación Superior (seis por cada cien alumnos) supone un sobrecoste de 2.100 millones de euros para las universidades públicas españolas.

"Si se reduce la oferta de titulaciones de baja demanda y adaptamos la intensidad docente a lo que debería requerir Bolonia, nos podríamos ahorrar 2.100 millones, que supone el 30 por ciento del coste de la función educativa de las universidades", ha explicado el coordinador del trabajo, Martí Parellada.

Asimismo, ha advertido de que entre las "ineficiencias" del sistema universitario se encuentra que cerca del 24 por ciento del funcionariado (más de 9.500 profesores) no produce resultados evaluables, y la actividad, en su conjunto, representa un 1,3 por ciento del PIB español frente al 2,3 por ciento de la media de la OCDE. Además, el índice de relevancia de artículos y citas está a una distancia de más del 20 por ciento del entorno europeo y de más del 50 por ciento respecto a Reino Unido y Estados Unidos.

En cuanto a las patentes, el estudio revela que existe otra divergencia respecto a la realidad productiva, ya que, en 2008, de las 47 universidades públicas presenciales, sólo 30 contabilizaron ingresos procedentes de la explotación de las patentes por un importe superior a los dos millones de euros, lo que representa el 0,02 por ciento del total de los ingresos por operaciones no financieras.

"La diferencia entre la empresa y la universidad es que los instrumentos de gobierno de esta última son más limitados y es más difícil gestionar la situación por su política de recursos humanos y la estructura de departamentos", han explicado los responsables del estudio, al tiempo que han advertido de que la universidad está en una situación "inédita", pues, "nunca antes había tenido que gestionar la reducción de fondos públicos como privados".

En cuanto a la financiación empresarial de la I+D universitaria, el Informe CYD pone el acento en que en 2009 ésta se redujo un 6,5 por ciento, hasta los 324,1 millones. Además, los fondos de la RedOTRI de universidades lo hicieron en un 9,5 por ciento, rompiendo con la tendencia creciente que se mantenía desde 2004, y disminuyó la publicación de artículos científicos un 3,3 por ciento.

La relación universidad empresa es uno de los aspectos que los responsables del estudio ponen de relieve pues, según una encuesta de la Fundación CYD el 55 por ciento de las compañías considera que la universidad no dispone de la organización apropiada para ejercer de motor de desarrollo económico y social. Sin embargo, el principal vínculo entre ambas son los convenios para incorporar titulados en prácticas.

"sobrecualificación" de jóvenes

El informe destaca que existe un 30 por ciento de titulados superiores que en 2009 ocupaban un puesto de trabajo inferior a su nivel de formación, una cifra diez puntos por encima de la media europea. No obstante, el coordinador del estudio ha señalado que esta situación ha mejorado con la crisis económica en términos relativos, ya que se ha ajustado más la oferta a la demanda, después de la bajada de una demanda de trabajo para puestos de poca cualificación.

La crisis económica y la dificultades para encontrar un empleo también están relacionadas con el aumento de la matrícula universitaria que ha crecido un dos por ciento en los grados y casi un 60 por ciento en los másteres.

En base a los datos del primer trimestre de 2011 de la Encuesta de Población Activa, la tasa de paro de los titulados superiores asciende hasta el 10 por ciento, cinco puntos por encima que en 2007 y el doble de la tasa de desempleo de la media de la Unión Europea de los Veintisiete. Aún así, los responsables del informe señalan que las condiciones de inserción laboral y retribución de los titulados son mejores que los que no la tienen, aunque "el diferencial sigue siendo menor que la media de la OCDE (15 puntos)".

Recortes en momentos de mayor necesidad

El informe CYD concluye que la situación es "preocupante" porque la universidad española sufre recortes cuando más presupuesto necesita para su internacionalización, adaptación de las titulaciones al Espacio Europeo y colaboración en la salida de la crisis económica. "Todos estos retos requieren un mayor apoyo", ha señalado el vicepresidente de la fundación Francesc Solé Parellada.

En este sentido, los autores del estudio recuerdan las iniciativas llevadas a cabo por Reino Unido o Francia, que han aplicado políticas específicas para hacer frente al impacto de la recesión en el sector académico. Así, aunque señalan que las universidades deben mejorar en su gestión, también deben recibir los apoyos necesarios porque, a su juicio, "no invertir en universidades puede suponer quedar rezagado en un momento de cambio y condicionar el futuro".