Aunque en los últimos días se habían identificado en la base militar algunas personas afectadas por esta enfermedad, ha sido en la mañana del jueves cuando se produjo la alarma ante la aparición de once casos en pocas horas.

Dichas fuentes precisaron que el general jefe de la Brunete, José Manuel Mollá, comunicó personalmente la situación al alcalde de la capital burgalesa, Juan Carlos Aparicio; al delegado de la Junta de Castilla y León, Jaime Mateu, y a la subdelegada del Gobierno en Burgos, Berta Tricio.

Sin embargo, la comunicación se realizó solamente a efectos protocolarios, dado que a las 13.00 se cursó una alerta desde el cuartel general de la División Mecanizada Brunete a Sanidad Militar.

Tras la llegada a la base de 900 vacunas, estas se comenzaron a administrar a lo largo de las primeras horas de la tarde, de manera que a las 19.00 horas se levantó la cuarentena a la que se había sometido desde esta hora al personal de la base.

Fuentes del cuartel general de la Brunete señalaron que se ha vacunado a prácticamente a todo el personal que ha tenido contacto con la base en los últimos quince días, salvo a algunas mujeres embarazadas y personas sometidas a tratamientos no compatibles con la vacuna.