El joven parricida que está siendo juzgado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Córdoba por un delito de homicidio después de que matara a su padre en noviembre de 2009 dice que "oía voces que le decían que cogiera un cuchillo" y lo apuñalara.

Durante su declaración, el acusado, M.J.M.G., ha asumido la culpabilidad de los hechos y ha contado que tenía disputas con su padre porque no se tomaba la medicación para paliar los efectos de la esquizofrenia paranoide que padece. Así, la convivencia entre ambos era difícil —ha apuntado el encartado— quien ha reconocido que cuando se tomaba el tratamiento se sentía bien, pero los efectos secundarios "eran un problema" para él porque se sentía anulado.

Poco antes del suceso, ocurrido el 7 de noviembre de 2009 en Montilla (Córdoba), dice que se sentía muy nervioso y que incluso fue un psiquiatra a verlo para determinar si lo ingresaban en un centro especializado, pero finalmente no se hizo; hecho que ha lamentado el procesado en su declaración porque dice que hubiera sido bueno para él.

Y es que, según ha manifestado, a veces oye voces, como así dice que ocurrió el día de los hechos, cuando cogió un cuchillo, se dirigió al dormitorio del padre y empezó a apuñalarlo, persiguiéndolo por la casa, hasta que finalmente en la cancela de la vivienda le asestó un navajazo mortal en el cuello.

Su enfermedad mental es tal que asegura que incluso ha intentado suicidarse algunas veces al escuchar también voces que le decían que hiciera lo mismo que Kurt Cobain, el líder de Nirvana, su grupo de música favorito.

A la vista oral también ha acudido la madre del acusado, que estaba separada del fallecido, y quien ha manifestado que su hijo, de 34 años, sufre esquizofrenia desde hace 16 años y cuando no se tomaba la medicación "parecía otra persona" porque los insultaba y agredía.

Durante su declaración, ha afirmado que tenían mucho miedo de lo que les pudiera hacer su hijo, incluso a ella le llegaron a prohibir que lo viera porque corría peligro, pero como eran sus padres no eran capaces de pegarle ni darle ningún golpe para poder defenderse.

Monstruos que lo querían envenenar

De otro lado, también ha asistido al juicio en calidad de testigo un tío del acusado, que ha señalado que era como si tuviera doble personalidad, se tomaba la medicación cuando le parecía, pero en cambio sí que consumía alcohol y hachís. Otro familiar ha destacado también que cuando los padres obligaban a M.J.M.G. a tomarse la medicación, éste se pensaba que eran monstruos que lo querían envenenar y que después del suceso, le comentó que tenía que matar a su padre porque se lo pedían.

Por tales hechos, el fiscal pide 12 años y siete meses de internamiento para el joven en un centro psiquiátrico, al igual que la defensa al contemplar ambos la eximente completa de trastorno mental e intoxicación etílica, ya que poco antes de lo ocurrido el acusado había estado consumiendo numerosas bebidas alcohólicas.

Tanto el ministerio público como la defensa consideran que el acusado "no tenía el control de sus impulsos" y además había bebido alcohol, por lo que "no era consciente de lo que estaba haciendo y tenía alterada su capacidad volitiva".