El sueño de los madrileños es escaso y de mala calidad

  • Los vecinos del área metropolitana duermen hasta 52 minutos menos que el resto de los españoles.
  • La preocupación laboral ha desplazado al tráfico
Un grupo de mimos recuerda a los ciudadanos que es hora de dormir.
Un grupo de mimos recuerda a los ciudadanos que es hora de dormir.
Manuel S. Urbano
Un grupo de mimos recuerda a los ciudadanos que es hora de dormir.

Si es hombre, de entre 36 y 45 años, fuma y está trabajando lo tiene crudo a la hora de conciliar el sueño. Ese es el retrato robot de quien tiene esta clase de problemas, lo que convierte a los madrileños en los que peor duermen de España, tanto por la escasez como por la mala calidad de su descanso.

Así se desprende del informe El sueño de los madrileños, del centro médico Noctis, realizado con encuestas de vecinos del área metropolitana (capital y municipios del primer cinturón) y que concluye que casi la mitad (49%) han tenido problemas ocasionales durante el último año para entregarse a los brazos de Morfeo. De ellos, el 15% lo sufren "siempre o muy a menudo".

Les preocupa su empleo

Los casi tres millones de madrileños que tienen estas dificultades superan con creces al 1.200.000 que reconocían tener alguna complicación en la encuesta sanitaria de la Comunidad, publicada por 20minutos el 11 de octubre de 2010. Y no solo cambia la cantidad de afectados, sino los motivos que les impiden descansar.

Si entonces los madrileños destacaban el tráfico y las largas distancias para ir a trabajar como las causas que les quitaban tiempo de sueño, ahora el 34,4% reconocen que no duermen por la crisis y otro 23,3% por el empeoramiento de su situación laboral. Y tal es su desasosiego que pasan hasta 52 minutos menos sobre la almohada que el resto de los españoles, que lo hacen 7 horas y 46 minutos a pesar de tener las mismas preocupaciones, según el Instituto Nacional de Estadística. Quienes no temen por su empleo, los funcionarios, son los que mejor parados salen en el informe, que los sitúa como los que tienen un sueño más placentero, del que no disfrutan los desempleados ni los trabajadores nocturnos. Tampoco descansan bien empresarios con empleados a su cargo.

"Los horarios laborales partidos, las posibilidades de ocio que ofrece la ciudad y el ritmo de vida" son otras de las razones que según el doctor Miguel Ángel Saiz Sepúlveda, especialista en trastornos del sueño, convierten a los madrileños en trasnochadores natos. De hecho, un 55% de la población duerme entre un mínimo de cuatro horas y un máximo de siete. Aunque también hay un 2% que pasan nueve o más horas en el catre.

Pero quienes no disponen de tanto tiempo le echan imaginación para aliviar el cansancio y dar unas cabezaditas. Según el informe, un 12,3% aprovechan los desplazamientos en transporte público para dormir. Aunque los expertos aclaran que se trata de "un sueño-vigilia que poco aporta, ni en cantidad ni en calidad del sueño", dicen.

Toda la noche paseando

El insomnio es la causa referida por el 27,6% de los madrileños como el trastorno que les impide dormir y los ronquidos amargan a otro 24,3%. Además, un 11% que refieren un síndrome cada vez más presente y que aparece solo en momentos de descanso: las piernas inquietas. "Los síntomas son un hormigueo en las piernas y la necesidad de estirarlas, aunque puede dar por todo el cuerpo. Solo se pasa en movimiento, por lo que pasamos toda la noche andando", explica Esperanza López, presidenta de la asociación española de esta enfermedad.

Mantener una rutina

Acostarse y levantarse todos los días a la misma hora, incluso los fines de semana, es la mejor manera de garantizar un sueño de calidad, según los expertos. Estos recomiendan también destinar la habitación solo a ese fin, y evitar ver la televisión, usar el ordenador o hablar por teléfono en el cuarto. También ayuda mantener la estancia bien ventilada. Las bebidas estimulantes no ayudan a conciliar el sueño y tampoco lo hacen las cenas copiosas. En cualquier caso, no conviene automedicarse.

¿Qué es lo que les impide dormir?

"Los problemas laborales son lo que más afecta". Alfonso Navarro, taxista, 47 años. "Nunca me llevo los problemas a la cama. Duermo bien, pero no siempre ha sido así. Tuve problemas en la empresa, y aquello fue lo que más me afectó. No dormía".
"Me preocupa la salud de mi padre: 90 años". Paquita Pozo, ama de casa, 60 años"Duermo bien, pero pocas horas, entre seis y siete. Siempre ha sido así, desde joven. Pocas cosas me quitan el sueño, salvo la salud de mi padre, que ahora tiene 90 años".
"Duermo mejor aquí que en mi casa de S. Paulo". Diego García, estudiante, 23 años. "Comparto piso con cinco personas, los miércoles y viernes salgo de marcha y a pesar de todo duermo bien, mejor que en el centro de Sao Paulo (Brasil). Soy de allí".
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