José Socrates, engullido por la crisis tras 25 años en política

El primer ministro saliente de Portugal, el socialista José Sócrates, comparece ante los medios tras conocer su derrota electoral.
El primer ministro saliente de Portugal, el socialista José Sócrates, comparece ante los medios tras conocer su derrota electoral.
Mario Cruz / EFE
El primer ministro saliente de Portugal, el socialista José Sócrates, comparece ante los medios tras conocer su derrota electoral.

José Sócrates, que presentó su dimisión como líder socialista al perder ampliamente este domingo las elecciones legislativas portuguesas frente a los conservadores, deja el cargo de primer ministro fagocitado por la severa crisis que golpea al país.

Optimista, tenaz y muy activo, José Sócrates Carvalho Pinto de Sousa, de 53 años, no resistió al veredicto de las urnas apenas 20 meses después de su ajustada victoria en las legislativas de 2009, cuyo mandato de cuatro años no ha podido completar.

Sócrates, a quien le gustaba a apelar en sus discursos por un Portugal moderno y europeísta, firmó una campaña en la que fue de más a menos y durante la que los que conservadores y marxistas le eligieron como principal blanco de las críticas.

El dirigente socialista comenzó la campaña con un apoyo semejante al del líder del Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha) y próximo primer ministro, Pedro Passos Coelho, pero acabó hundiéndose víctima de la peor crisis económica que recuerda esta generación de portugueses.

Desde el primer día del segundo y breve Gobierno, el ya ex primer ministro defendió con uñas y dientes la teoría en la que consideraba a su país y a su Administración víctimas de la tormenta financiera internacional desatada hace tres años por las hipotecas basura de Estados Unidos.

Año horrible

El político que presumía de haber vencido el crónico déficit fiscal de la economía portuguesa fue revolcado sin compasión por la oleada de calamidades de un año horrible para la economía lusa, agobiada como nunca por el desajuste de sus finanzas.

Cuatro meses de galopante desconfianza de los mercados, caída en picado de la solvencia crediticia lusa, y falta de fuentes de financiación no lograban empujar a Sócrates a pedir el rescate de Portugal, aunque algunos expertos lo consideraban inevitable.

Finalmente, el político luso tuvo que tirar la toalla tras el cambio de postura de la oposición conservadora, que decidió no apoyar su cuarto plan de austeridad y forzó, en marzo, la dimisión del Ejecutivo y la convocatoria de elecciones anticipadas.

Después de 25 años en la política, el que fuera ministro de Ambiente y delfín del líder socialista Manuel Guterres asumió un pedido de ayuda financiera a Portugal que siempre había querido evitar.

Sin embargo, Sócrates pasó de considerar la ayuda externa una losa para el país que se podía haber evitado con su rechazado programa económico, a anunciar con optimismo a la población, el 5 de abril, que había negociado un "buen acuerdo" con Bruselas y el FMI.

Poco ortodoxo

Padre de dos niños, divorciado e hijo de una pareja separada, Sócrates tuvo un primer Gobierno cómodo, en mayoría absoluta, y destacado por la aprobación del Tratado de Lisboa, que reformó la Unión Europea durante la presidencia lusa de 2007.

Con fama de socialista poco ortodoxo, la resonante victoria que regaló a su partido en 2005 puso en marcha una especie de "tercera vía" a la portuguesa.

Las reformas económicas, laborales y el saneamiento del Estado que impulsó, sufrieron la contestación de los sindicatos y la izquierda marxista, sus más encarnizados enemigos, pero no sirvieron para evitar los efectos de la crisis de la deuda soberana.

En el plano social, Sócrates introdujo, sobre todo en su etapa de mayoría absoluta, leyes para despenalizar el aborto, facilitar el divorcio y legalizar el matrimonio homosexual que le granjearon el rechazo de la población más católica.

Licenciado en Ingeniería Civil, ingresó en las juventudes del Partido Socialista poco después de la Revolución del 25 de abril, con sólo 16 años.

Tras ser presidente de la federación de distrito de Castelo Branco, donde vivió desde niño con su padre, entre 1987 y 1995 se proyectó en la política nacional como diputado y luego como secretario de Estado y ministro de Ambiente, de 1997 a 2002, con Guterres.

En 2004 ganó la secretaría del PS pese a la dura oposición que tuvo en algunas de sus familias, a las que mantuvo en aparente paz durante sus siete años de mandato.

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