Cadie es una chica adicta a las drogas que se dedica a trapichear con pastillas. No tiene grandes problemas para conseguirlas: le sirven las recetas que le dan sus psiquiatras. Ella es una de los diez protagonistas de Skins, adaptación de una serie británica del mismo nombre, cuyo estreno en la MTV levantó ampollas en EE UU. "Aunque no sea con la misma frecuencia, en la vida real también pasan estas cosas. Esto es televisión y tiene que entretener", dice uno de los actores.

El lenguaje inapropiado, las escenas subiditas de tono con menores practicando sexo y consumiendo drogas suscitaron las críticas de varios sectores, que llegaron a calificarlo como 2el programa más peligroso jamás emitido".

Incluso varios anunciantes retiraron sus campañas de publicidad del canal estadounidense porque no querían verse relacionados con este tipo de contenidos. La turbulenta vida de estos adolescentes ha llegado ahora a España (MTV, jueves a las 22.20 horas).

El creador de Skins, Brian Elsey, reconoce que hay aspectos que se han dramatizado, pero, con todo, asegura la serie es un "retrato serio y honesto de la vida adolescente". Y claro, mostrar esta realidad "puede ser doloroso para adultos y padres". Sus protagonistas también le quitan hierro al asunto. "El sexo y las drogas no son lo realmente importante de la ficción, sino las relaciones personales", cuenta la actriz Sofia Black-D’Elia.

El remake americano de Skins se emite en España fuera del horario de protección (entre las 6.00 y las 22.00 h), por lo que no vulnera el código de protección del menor. No obstante, las asociaciones de espectadores están preocupadas porque es una serie dirigida a los jóvenes.

"Se presenta una imagen de la juventud que no se corresponde con la realidad y que intenta ‘normalizar’ conductas perjudiciales, como el consumo abusivo de alcohol y de drogas", dice María Bofarull, de Telespectadores Asociados de Cataluña. Para esta asociación, el problema es que "algunas de las conclusiones que pueden sacar los jóvenes de estas series son que todo el mundo toma drogas, se emborracha y pierde la virginidad a los 16 años".

La serie de Antena 3 Física o Química levantó la polémica en sus inicios por sus contenidos (sexo entre alumnos y profesores, consumo de drogas, un suicidio, un embarazo adolescente...). Alguna asociación de padres llegó incluso a decir que la ficción daba una "visión perniciosa del mundo de la enseñanza".