La promotora de una plantación de 2 hectáreas de Albariño en el Valle de Cieza espera producir 18.000 botellas

Una joven promotora, Celia Torío, ha puesto en marcha una plantación de dos hectáreas de Albariño en el Valle de Cieza. Esta explotación, con más de 6.000 cepas plantadas, espera producir unas 18.000 botellas de vino al año en lo que será uno de los primeros caldos de Campoo-Los Valles, una comarca en la que la vitivinicultura no contaba con demasiados testimonios ejemplos hasta el momento.
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EUROPA PRESS
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Una joven promotora, Celia Torío, ha puesto en marcha una plantación de dos hectáreas de Albariño en el Valle de Cieza. Esta explotación, con más de 6.000 cepas plantadas, espera producir unas 18.000 botellas de vino al año en lo que será uno de los primeros caldos de Campoo-Los Valles, una comarca en la que la vitivinicultura no contaba con demasiados testimonios ejemplos hasta el momento.

El proyecto, al que la revista Braña, editada por la Red Cántabra de Desarrollo Rural, dedica un reportaje en su último número, consiste en la plantación de dos hectáreas —20.000 m2 y cerca de 6.000 cepas— de viñedo de la variedad Albariño en formación de espaldera.

Según la información de la publicación, que recoge Europa Press, la finca se encuentra sobre la localidad de Villayuso de Cieza en una altitud de unos 200 metros, orientada hacia el sur, lo que garantiza un buen grado de insolación.

Estas vides se encuentran en el segundo año de crecimiento y no será hasta por lo menos el quinto año cuando comience a dar los primeros frutos.

Según las estimaciones, cada cepa de esta variedad de plantas produce unos tres kilos, lo que arroja un cálculo de 18.000 kilogramos de uvas, que se traducen en unas 18.000 botellas de vino al año.

Celia Torío explica en Braña que, desde siempre, su familia había demostrado un gran interés por la viticultura. Así, y con el objetivo de aprovechar unos terrenos familiares para desarrollar un proyecto de viñedo, esta joven promotora ha apostado por iniciar un negocio ligado al vino, una de sus pasiones.

"Mi padre tenía mucho contacto con unos amigos gallegos que se dedicaban al cultivo de vides para vino blanco"; "Siempre nos decían que el terreno familiar tenía unas condiciones óptimas para la producción de albariño", comenta.

Se trata de un proyecto de producción a pequeña escala, muy vocacional. Su objetivo es ir "paso a paso, sin prisa", hasta conseguir un vino Albariño del que se sientan orgullosos. "En Cantabria hay muchas cosas que se asemejan a las condiciones de Galicia, pero también muchas que nos diferencian", señala Torío, quien apunta que esto "puede hacernos ser distintos a lo habitual y debe ser nuestra característica", subraya.

Indica así que se han planteado un proyecto a largo plazo, sin prisa, "tratando de ir paso a paso aprendiendo y adaptándonos", ya que la enología es un tema "muy complicado", y ni siquiera en los lugares con más tradición pueden asegurar los resultados. "No existe un manual perfecto", concluye.

A la hora de sacar su vino al mercado, quieren hacerlo como un producto muy marcado, con una identidad y líneas muy claras. "Este mercado es muy exigente y no queremos salir antes de tiempo. Queremos luchar por conseguir una homogeneidad del producto", comenta la promotora del proyecto.

Su vino aún no tiene nombre, pero la promotora sí tiene ideas de cara al futuro como es la puesta en marcha de una bodega, que están pensando construir el próximo año, y que se enmarca en una segunda fase del proyecto.

Ayuda leader

La promotora explica su primer contacto con el programa Leader de Desarrollo Rural, una relación que considera muy positiva y que espera que continúe en una segunda fase del proyecto.

"Nos hablaron del Grupo de Acción Local en la Consejería de Desarrollo Rural. Habíamos oído hablar de esta iniciativa en prensa pero ni se nos había pasado por la cabeza ponernos en contacto", confiesa.

El proyecto ha recibido una subvención del programa Leader del Grupo de Acción Local Campoo-Los Valles dentro de su estrategia de desarrollo comarcal endógeno.

Así, de una inversión cercana a los 35.000 euros, Celia Torío ha contado con un 40% de subvención. Esta ayuda incluye el coste de los trabajos de la preparación y adaptación del terreno, la instalación del emparrado y la adquisición de diversa maquinaria de trabajo y plantas.

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