Desarticulan una red que estafaba más de 50.000 euros a la Seguridad Social y detienen a ocho personas

Agentes de la Policía Nacional de Huelva han desarticulado una red que supuestamente se dedicaba a estafar a la Seguridad Social, mutuas y compañías de seguros y han detenido por el momento a ocho personas, cuyo 'cabecilla' posee un amplio historial delictivo relativo a la estafa. Aunque todavía no se ha podido calcular la cantidad exacta defraudada, en principio asciende a más de 50.000 euros.

Agentes de la Policía Nacional de Huelva han desarticulado una red que supuestamente se dedicaba a estafar a la Seguridad Social, mutuas y compañías de seguros y han detenido por el momento a ocho personas, cuyo 'cabecilla' posee un amplio historial delictivo relativo a la estafa. Aunque todavía no se ha podido calcular la cantidad exacta defraudada, en principio asciende a más de 50.000 euros.

Las investigaciones comenzaron al tener conocimiento de que en la tesorería general de la Seguridad Social y en distintas aseguradoras médicas, existían diversas reclamaciones referentes a bajas laborales. Así, los agentes especializados en este tipo de delitos y dedicados a la lucha contra el fraude, detectaron la existencia de empresas en las que se registran continuos movimientos de altas y bajas que, aparentemente, no se corresponde con una actividad real, ha informado la Subdelegación del Gobierno en una nota.

Tras las distintas comprobaciones, los investigadores determinaron que estas empresas eran en primer lugar ficticias y que presentaban sucesivas altas y bajas de trabajadores, algunos de los cuales se repetían en el entramado empresarial.

Además en una fase posterior, daban de alta en la Seguridad Social a estos falsos trabajadores, a los que además hacían titulares de coberturas privadas, compatibles con las bajas de incapacitación temporal y de pólizas privadas. Estructurado de tal manera que en caso de accidente, podrían cobrar los beneficiados hasta setenta euros diarios.

La Policía ha concluido que la mayoría de empresas investigadas no desarrollaban actividad empresarial real y efectiva, y que además el autor intelectual de la trama ideó que estas mercantiles ni siquiera llegaran a inscribirse en el Registro Mercantil. El carácter era exclusivamente instrumental, sin correspondencia con la actividad de los trabajadores que era inexistente, porque el único fin es el cobro de las indemnizaciones.

Fase final

La culminación del delito se hacía real con la simulación de accidentes de tráfico, en los que daban aviso a la Policía Local que tramitaba el atestado. Como ejemplo concreto es el caso de un supuesto accidente perpetrado en Isla Antilla.

Posteriormente se daba de baja en la empresa a los trabajadores para así pasar a depender durante la incapacidad a una mutua concertada con la Seguridad Social para el cobro de las bajas laborales, al tiempo que reclamaban las indemnizaciones a las compañías de las pólizas contratadas.

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