Quien piense que en el pop actual sólo triunfa «lo de siempre», está muy equivocado. Tarik y la fábrica de colores es un ejemplo de ello. Con este nombre artístico, el solista Álvaro Muñoz, hace pop sesentero con referencias a The Kinks o The Beach Boys o a The Jesús and Mary Chain en algunos temas, mientras que en otros mezcla psicodelia y folk anglosajón. «Hay un compendio de influencias desde el soul de los 60 hasta Los Beatles pasando por el pop anglosajón, pero tampoco pierdo de vista las cosas que salen últimamente en música», explica Álvaro.El disco ha querido titularlo Sequentialee, «porque es casi una secuencia cinematográfica de principio a fin: empieza con el sonido del mar, va cambiando de estilo, pero termina con el sonido del mar», explica. Es una sorprendente colección de once temas llenos de energía en los que el autor ha volcado toda su renovada creatividad. Producido por Pedro Cantudo, el disco contiene once elaborados temas, la mayoría en castellano (cuatro en inglés) y cuenta, además, con destacadas colaboraciones, como las del grupo Limusine, Javier Jubilee o Eric, del grupo Los Planetas.