La enorme cocina de Montero

En la fábrica de Postres Montero huele a dulce. A caramelo, canela, natillas...
Los flanes salen del túnel de refrigeración y pasan por una dosificadora que les añade el caramelo. Luego son tapados con termosellado.
Los flanes salen del túnel de refrigeración y pasan por una dosificadora que les añade el caramelo. Luego son tapados con termosellado.
M.Mesa
Los flanes salen del túnel de refrigeración y pasan por una dosificadora que les añade el caramelo. Luego son tapados con termosellado.
Hace medio año que la maquinaria de su nueva factoría se puso a funcionar en el Parque Tecnológico de Andalucía. Sin embargo, los productos están en la calle desde que Rafael Montero fundó esta empresa malagueña y familiar en 1978, sin que  en todo este tiempo se haya perdido la esencia artesanal de los 28 tipos de postres que preparan. De hecho, la fábrica funciona como una enorme cocina. Así, los gigantescos recipientes para cocer el arroz con leche, por ejemplo, no se llaman tanques, sino ollas. Natillas, postre estrella

Tocino de cielo, cuajada, crema catalana, tarta de queso, de chocolate... Y el postre estrella de la casa, las natillas con galleta. Todos sus ingredientes son mezclados y medidos cuidadosamente por un maestro cocinero y supervisados luego, uno a uno, por más de medio centenar de empleados encargados de las tres fases posteriores: elaboración, envasado y empaquetado.

En total, hasta 60.000 unidades diarias pasan por los hornos y frigoríficos de esta fábrica, que vende sus productos en toda Andalucía, Extremadura, Madrid y Levante.

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