El juez que instruye el caso de las muertes de la residencia de La Caritat de Olot ha citado a declarar a partir de este viernes a más de sesenta testigos, entre ellos trabajadores y familiares de víctimas, para esclarecer cómo Joan Vila, celador del centro, acabó presuntamente con la vida de una decena de ancianos.

El asesino múltiple y sus padres —que manifestaron estar "desolados y estupefactos" tras conocer lo ocurrido— están citados a declarar el 24 de mayo por la mañana, mientras que la ronda de testificales acabará el 27 de mayo con testimonios de familiares de víctimas en la residencia.

Este viernes declararán a partir de las 9.00 horas un total de 10 trabajadoras de la residencia donde Vila cometió los crímenes, y por la tarde se esperan los testimonios de dos familiares de Sabina Masllorens, una de las víctimas.

El 17 de mayo pasarán por el juzgado ocho trabajadoras más, a lo largo de la mañana, y por la tarde tres familiares de la fallecida Montserrat Guillamet, mientras que el día siguiente testificarán seis trabajadores, tres enfermeras y otros dos familiares de Guillamet.

El director del geriátrico comparecerá ante el juez el día 20 de mayo, cuando también declararán cuatro médicos, el psiquiatra de Vila, una coordinadora y familiares de la anciana fallecida Francisca Gironès.

Informe psicológico

El informe psicológico del celador, hecho público a principios de abril, concluyó que el presunto asesino múltiple no sufría ningún trastorno de personalidad y tampoco se le detectó ningún indicador de tipo esquizofrénico ni psicótico.

El análisis también determinó que Vila era consciente de lo que hacía y, por ello, lo mantenía en secreto.

Los psicólogos describieron la personalidad del celador como "esquizoide, evitativa, depresiva y dependiente".

Durante los exámenes psicológicos, Vila reconoció que "no sentía ningún placer" cuando llevaba a cabo los crímenes y manifestó que lo hacía para ayudar a los ancianos en fase terminal.