Edward Hall inaugura con 'The Comedy of Errors' el Festival de Otoño en Primavera

  • El Festival de Otoño en Primavera, organizado por la Comunidad de Madrid, regresa desde este miércoles al 5 de junio con 34 propuestas artísticas.
  • Edward Hall, director de la compañía Propeller, inaugura el festival con la obra 'The Comedy of Errors'.
  • "Me encanta Madrid, es una ciudad hermosa y vibrante", asegura Hall.
'The Comedy of Errors', según los británicos Propeller.
'The Comedy of Errors', según los británicos Propeller.
Manuel Harlan
'The Comedy of Errors', según los británicos Propeller.

El Festival de Otoño en Primavera, organizado por la Comunidad de Madrid, regresa desde este miércoles al 5 de junio de 2011 con un total de 34 propuestas de teatro, danza, música y circo contemporáneo. Edward Hall será uno de los protagonistas del evento: dirige Propeller, la compañía que inaugura el festival con The Comedy of Errors.

¿Tiene un buen recuerdo de la anterior estancia de Propeller en Madrid?

Me encanta Madrid, es una ciudad hermosa y vibrante. También su público, que se portó muy bien con nosotros. Disfrutamos mucho.

¿Encuentra muchas diferencias entre el público español y el británico?

No demasiadas. A finales del año pasado en Girona sí notamos que el público se reía un poco más con la ironía en Richard III (Ricardo III). Pero, y llevamos 13 años viajando por todo el mundo, lo sorprendente en realidad es cuánto se parecen las reacciones del público.

Siempre pensé que los británicos, por su educación, entenderían mejor a Shakespeare.

No necesariamente. La mayoría de la gente no conoce tan bien las obras, casi siempre da la impresión de que la están viendo por primera vez.

¿Qué características ha de cumplir un actor para trabajar en Propeller?

Ha de tener capacidad de entrega. También tiene que ser polifacético, porque cuando no están en escena nuestros actores tocan, cantan, hacen cambios de escenario, distribuyen el atrezzo… Y, de acuerdo con uno de los principios de la compañía, debe estar preparado para trabajar para los demás: todos deben estar alrededor de aquel que tiene una escena importante intentando ayudarlo, solo así podemos hacer espectáculos muy complicados.

¿Cuál ha sido hasta ahora el más difícil de montar?

Richard III es muy compleja, montarla es una de las cosas más difíciles que he hecho jamás: hemos incorporado muchísimos detalles, las canciones tienen armonías complicadas y las interpretaciones también son difíciles. The Comedy of Errors (La comedia de los errores) no le va a la zaga: también es musicalmente complicada, físicamente extrema y, por cómo los actores deben recitar el texto, requiere una concentración máxima. Ambas figuran en la lista de los mayores retos que hemos afrontado.

¿Alguna vez se ha planteado contratar a una mujer?

En principio, no para Propeller, porque no se planteó así… Pero nunca se sabe.

¿Qué pensaría Shakespeare de los montajes de Propeller?

Creo que pensaría: "Si tienen tanto éxito, ¿dónde están mis honorarios por derechos de autor?" (risas). No sé, quiero pensar que le gustaría el espíritu de nuestras actuaciones porque mantienen el de las producciones originales.

Hasta ahora han sido sobre todo buenas, pero ¿qué importancia les da a las críticas?

Evidentemente, quiero recibir buenas críticas para que la gente se anime a comprar entradas, son muy importantes para eso. Ya en el terreno personal, en 23 años se ha escrito de todo sobre mí; cuando escriben cosas buenas, te quedas muy satisfecho y te pones muy contento, pero sabes que a la vuelta de la esquina te encontrarás con que alguien ha escrito algo horrible. Hay que estar a las duras y a las maduras.

De los muchos premios que ha recibido, ¿cuál tiene mayor significado para usted?

Nunca lo había pensado… El Obie especial que nos dieron en Nueva York por The Taming of the Shrew (La fierecilla domada). Nosotros creíamos muchísimo en ese montaje y el público de Nueva York entendió lo que hacíamos y lo valoró.

Aparte de Propeller, ¿cuál es su compañía favorita para hacer Shakespeare?

Una compañía es tan buena como lo sean sus actores; cada vez que incorporas actores nuevos, formas una nueva compañía. En el Fringe o en el National Theatre, lo que importa es el grupo de personas que reúnas. Por eso lo que yo quiero es libertad para conseguir a los mejores actores; con eso, hago lo que sea y donde sea.

¿Qué parte del éxito de Propeller debe atribuirse a su trabajo?

Los espectáculos de Propeller son un trabajo de grupo. Pero mi decisión de olvidarse de los manuales cuando se entra en una sala de ensayos, de seguir montando cada obra como si fuera nueva, de llevarlo todo al extremo…; estas determinaciones mías sí han influido mucho en lo que hemos montado hasta ahora. Pero tan importante como esto es la forma en que mis compañeros artistas toman esas ideas, las desarrollan, vuelven con otras y las aportan. Esta es una compañía de actores, ellos son los dueños y los que la manejan, pero al final yo soy el jefe: no porque les diga lo que tienen que hacer, sino porque asumo la responsabilidad de lo que ocurre sobre el escenario y porque me responsabilizo de los actores. Ellos pueden explorar de la manera más salvaje e imaginativa posible sabiendo que, si se pasan de la raya en la dirección equivocada, yo estaré allí para agarrarles.

¿Tendremos que esperar otros seis años para verles en Madrid?

Lo sé, lo sé… Tenemos muchísimas ganas. Para nosotros inaugurar este Festival de Otoño en Primavera es un honor, algo grande. Y espero que suponga el comienzo de una relación más regular con el público español. Intentaremos que así sea.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento