Una juez afirma que no hubo negligencia en los atentados del 7-J en Londres

  • Considera que las pruebas no concluyen que hubiese fallos que causaran o contribuyeran a las muertes de los 52 fallecidos.
  • Asegura que se trata de víctimas de un "homicidio doloso".
  • Los supervivientes y familiares de las víctimas denunciaron que los protocolos existentes obstaculizaron la llegada de los servicios médicos y los bomberos.
Captura de la imagen de una cámara de tráfico en la que puede verse el caos en el que se ha convertido la zona en la que han tenido lugar las explosiones.
Captura de la imagen de una cámara de tráfico en la que puede verse el caos en el que se ha convertido la zona en la que han tenido lugar las explosiones.
AP
Captura de la imagen de una cámara de tráfico en la que puede verse el caos en el que se ha convertido la zona en la que han tenido lugar las explosiones.

La juez de instrucción que ha dirigido la investigación sobre los atentados islamistas del 7 de julio de 2005 en Londres, que costaron la vida a 52 personas, ha afirmado este viernes que no hubo negligencia oficial que propiciara o agravara la matanza.

La juez Heather Hallet leyó sus conclusiones ante supervivientes y familiares de las víctimas y declaró que las pruebas "no justifican concluir que hubo fallos por parte de alguna organización o individuo que causaran o contribuyeran a las muertes".

Tras cinco meses de proceso judicial, Hallet manifestó que los fallecidos fueron víctimas de un "homicidio doloso" e hizo una serie de recomendaciones para prevenir y afrontar en el futuro con mayor eficacia las acciones terroristas.

La magistrada consideró que las 52 víctimas hubieran fallecido "independientemente del momento en el que los servicios de emergencia y de rescate lograran llegar hasta ellos".

Los supervivientes y familiares de las víctimas denunciaron que los protocolos existentes en aquel momento obstaculizaron la llegada de los servicios médicos y los bomberos hasta el lugar de las explosiones, que hubo una deficiente comunicación entre ellos y que los servicios de inteligencia pudieron evitar la matanza.

Desde que la investigación comenzó en octubre, se escucharon los testimonios de bomberos y paramédicos, que explicaron que las normas referentes al acceso a lugares potencialmente peligrosos retrasaron su bajada hasta los vagones de metro objeto de los atentados.

Sin cobertura

Una vez que los servicios de emergencia bajaron hasta los andenes y los túneles donde se encontraban los vagones destruidos fueron incapaces de transmitir mensajes con rapidez a sus compañeros, porque las radios y los teléfonos móviles no tenían cobertura.

Se supo igualmente que hubo una confusión generalizada sobre los lugares exactos de los atentados, lo que supuso que algunos equipos de rescate fueron enviados a lugares equivocados.

Aunque las bombas en el metro no explotaron hasta las 08.50 horas, el primer camión de bomberos no llegó hasta la estación de Edgware Road hasta las 09.18, mientras que la primera ambulancia no estuvo operativa en las estación de Aldgate hasta las 09.14.

Los esfuerzos para atender a los heridos también se vieron frenados por la falta de camillas y de artículos esenciales de primeros auxilios, como vendas, analgésicos y desfibriladores.

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