Cada vez sobra más plástico en el mundo: envoltorios más grandes que el contenido, botellas, estuches, cucharillas de helado, bandejas...

Aurora Robson rompe la maldición, impide que los residuos plásticos o el correo basura terminen en el vertedero o en una planta incineradora. Los transforma: "Me gusta la idea de recoger los problemas derivados del exceso y transformarlos en expresiones que celebran la vida".

La artista crea esculturas y hace collages con residuos como material único. Las obras terminadas tienen un aire de microorganismo, ameba o ser marino. Mucho del plástico con el que trabaja sale precisamente del océano.

En su reciente estancia en Hawai elaboró un proyecto con el material que le cedía una organización dedicada a limpiar la costa de la parte sur de la isla: recogían cada dos meses como mínimo dos toneladas de residuos plásticos.

Ante la idea de vivir en un mundo plagado de envases que se reproducen a una velocidad grosera, Aurora no se da por vencida: "No dejo que la situación me desanime. Rendirse sería terriblemente aburrido. Cuando me doy cuenta de que el trabajo que hago es sólo una gota en un cubo, pienso también que inspiro a más gente a pensar dos veces en los envases que se consideran desechables y luego tardan 1000 años en desaparecer".

La artista estadounidense ha hablado con 20minutos.es del proceso creativo, los motivos, y las fobias que la llevaron a crear sus luminosas obras de plástico y papel utilizando lo que no quiere nadie.

Defina su obra en pocas palabras

Me concentro en convertir lo inherentemente negativo, como las pesadillas o los desechos, en elementos positivos.

¿Qué trata de comunicar?

Quiero iluminar e inspirar a los demás. Leí en un extracto del nuevo libro del profesor Walter Lewin, que trabaja en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, que los físicos y los astrónomos entendían sólo el cuatro por ciento de nuestro universo. El resto es energía y materia de la que prácticamente no sabemos nada. Tenemos tanto que aprender y damos tanto por hecho... Me gusta ayudar a los demás a ver el cuadro completo de un problema. El arte más valioso es el que inspira a los demás y los lleva a examinar su comportamiento y replantearse sus creencias y valores.

Trabaja con correo basura o plásticos encontrados en el mar. ¿Cómo y cuándo empezó a usar estos materiales?

He trabajado con correo basura, envoltorios excesivos, desechos de plástico encontrados en el océano, la ciudad y el campo. Cuando empecé hace unos diez años, lo pasé mal justificando mi trabajo. Mostrarme sólo como una defensora del medio ambiente era demasiado fácil para resumir lo que hago. Empecé a utilizar estos materiales como un reto, porque no puedo elegir en una tienda de Bellas Artes lo que necesito y tengo que manipularlo más para conseguir el resultado que deseo. Además, interrumpir el proceso de los desechos se ha convertido en una parte significativa: me gusta la idea de coger los problemas derivados del exceso y transformarlos en expresiones que celebran la vida.

¿Cómo obtiene los materiales?

Trabajo con colectivos y comunidades. Con la última que colaboré fue con la Hawaii Wildlife Fund (Fundación de la vida salvaje de Hawai), la que realiza la principal limpieza de costas en la parte sur de la isla, donde cada dos meses recogen un mínimo de dos toneladas de residuos plásticos. Allí estuve con un proyecto al que llamé Kamilo, que significa Remolino en hawaiano. He trabajado con colegios, con oficinas corporativas, centros de reciclaje... No es difícil encontrar grandes cantidades de residuos plásticos. Son una epidemia. Diseñan los recipientes para ser usados durante cinco minutos y luego desechados para que duren cientos o incluso miles de años.

Háblenos de su proceso creativo.

Es instintivo. Nunca dudo. Intento responder a una situación de la manera más honesta posible, sin fijarme en lo práctico o en el esfuerzo. Luego encuentro maneras de superar problemas que se presenten. Salvar obstáculos e ir creando diferentes significados mientras elaboro la pieza es una parte gratificante del proceso creativo. Los artistas, como los científicos, tenemos el privilegio de poder experimentar. Ser artista es como trabajar con un animal salvaje al que hay que cuidar y criar sin intentar domarlo, sólo haciéndole compañía.

Dice que las formas que crea con su arte son una derivación de las pesadillas que sufrió en su niñez...

Mi infancia fue poco ortodoxa y traumática. Tuve pesadillas de los siete a los 10 años en las que aparecían paisajes serpenteantes y nudosos que continuaban hasta el infinito. De los espacios en blanco salían gotas que iban hacia mí, amenazando con ahogarme. Me levantaba aterrorizada por "los nudos y las gotas". Ahora que trabajo con residuos, utilizo un material que suponen no sólo mi pesadilla, sino un problema compartido por todos los habitantes del planeta.

Generamos toneladas de residuos al día. ¿No le desanima pensarlo?

Muchos no son ni remotamente conscientes de la cantidad de basura que producimos, otros se sienten sin poder para remediar nada. No dejo que la situación me desanime. Rendirse sería terriblemente aburrido. Cuando me doy cuenta de que el trabajo que hago es sólo una gota en un cubo, pienso también que inspiro a más gente a pensar dos veces en los envases que se consideran desechables y luego tardan mil años en desaparecer. Trabajar con organizaciones, colegios y empresas donde las personas saben lo que hago y tiene la oportunidad de contribuir con su poder como consumidores me llena de optimismo.