Pagan una de las tasas de basuras más altas del país (102 euros anuales de media), pero los vecinos de la capital no están satisfechos ni con la limpieza de sus calles ni con el reciclaje de residuos. Así se desprende del último informe publicado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y que sitúa a Madrid muy por debajo de la nota obtenida por otras 61 grandes ciudades del país.

Los excrementos caninos y los restos del botellón son los desperdicios que más amargan el día a día de los vecinos, según establece el informe. Eso, unido a los grafitis que salpican fachadas y paredes, colocan a Madrid con una nota de 49 puntos sobre 100 en lo que a limpieza viaria se refiere. Una nota muy por debajo de la media (58 puntos) y en las antípodas de la calificación obtenida por la ciudad mejor valorada: Oviedo (85 puntos).

La capital del Principado de Asturias es también la ciudad mejor valorada en el apartado de recogida de residuos, con una puntuación de 73. Madrid se queda aquí con 48 puntos, muy alejada también de la media: 57 puntos. Lo curioso es que los ovetenses pagan una tasa de basuras que nada tiene que ver con la de la capital: 67,4 euros.

"El Ayuntamiento de Madrid tiene que explicar cómo está gestionando e invirtiendo ese dinero y para qué está sirviendo. Ciudades con tasas más pequeñas o incluso sin ellas –como es el caso de Móstoles– tienen mejores resultados", denuncia la OCU.

Sobre todo porque –como puede verse en el informe de 2007 elaborado por los consumidores– la satisfacción de los madrileños con la limpieza viaria y el reciclaje de residuos es hoy tres y dos puntos inferior a la de ese año en ambos apartados (cuando Madrid obtuvo 52 y 50 puntos), y eso a pesar de estar pagando desde 2009 una tasa específica de basuras. Fue entonces cuando el alcalde Gallardón decidió desglosar el impuesto de bienes inmuebles (IBI) y empezar a cobrar una tasa aparte por las basuras.

Una tasa con la que, según explicó ayer el Ayuntamiento de la capital, no termina de cubrirse el coste del servicio de recogida de residuos. Además, desde el Consistorio insisten en que la suciedad que los vecinos perciben en las calles no es achacable a la falta de empeño y medios de los operarios municipales. "Cada día se reparten 260.000 bolsas para excrementos caninos", explicaron ayer a 20 minutos fuentes del Consistorio. «Hay cosas que son cuestión de concienciación ciudadana», añadieron.

Un punto de vista que comparten, con matices, con la asociación de vecinos del Barrio de Justicia (Centro). «Nuestro problema, además del botellón y los excrementos, son los orines. Que la gente sea incívica y orine en cualquier parte no es culpa del Ayuntamiento, cierto –dicen–, pero quizá si hubiera más vigilancia y se multara a los incívicos, la cosa cambiaría». Algo en lo que coincide la OCU, que señala que en Madrid no se puso ni una sola sanción en 2009 por no recoger los excrementos caninos frente a las 85 que puso, por ejemplo, el Ayuntamiento de Elche.

Junto a la capital, Alcalá de Henares es la otra ciudad madrileña que tampoco sale bien parada en el informe. Mientras Móstoles y Leganés aprueban con nota o se quedan en la media, los alcalaínos suspenden también la gestión de su Consistorio en esta área.

El Ayuntamiento de Madrid aseguró ayer estar desarrollando una política de "tolerancia cero" contra el grafiti, ya que las pintadas suponen una agresión «contra las fachadas de los edificios, contra el mobiliario urbano y en muchos casos, incluso, contra el patrimonio y las esculturas», explicaron. De hecho, el Consistorio modificó la ordenanza para poder imponer sanciones más elevadas a los infractores. "Se está multando con hasta 3.000 euros por pintar", recordaron.